El caso Fernando Báez Sosa, el chico de 18 años brutalmente asesinado por una manada de rugbiers hace tres años a la salida de un boliche en Villa Gesell, renovó el debate por la violencia en la noche. A la espera del veredicto con las condenas a los acusados del juicio que se lleva a cabo en Dolores, distintas organizaciones de la sociedad civil dan la pelea para que el Congreso nacional trate el proyecto del diputado Eduardo Toniolli (Frente de Todos) para crear una Agencia Nacional de Nocturnidad.
Habrá que esperar para que llegue ese momento, ya que el Poder Ejecutivo no incluyó el proyecto en el temario de sesiones extraordinarias del Parlamento. Sin embargo, a una semana de la sentencia contra los rugbiers de Zárate y la enorme repercusión que el caso generó en la opinión pública, el debate está más vigente que nunca.
En realidad, el proyecto de Toniolli remite a un caso anterior: el asesinato en 2006 de Martín Castellucci a manos de un patovica en el boliche La Casona de Lanús. El joven salió en defensa de un amigo que había sido discriminado por el custodio, y recibió una golpiza letal que acabó con su vida prematuramente. El asesino, José Linqueo Catalán, quien además era boxeador amateur, estuvo 11 años y 9 meses preso hasta que recuperó la libertad.
El padre de la víctima, Oscar Castellucci, inició una campaña contra la violencia nocturna y consiguió que en 2008 se sancionase ley Nacional 26.370, que regula la actividad de los controladores de admisión y permanencia en espectáculos públicos. No obstante, sobre la marcha se reveló que esta norma era insuficiente y Castellucci continuó presionando para mejorar la normativa vinculada a la nocturnidad.
En ese camino de perseverancia y lucha por la Justicia dio con Toniolli, quien se mostró sensible al flagelo y propuso este proyecto de ley superador que es acompañado con las firmas de otros diputados oficialistas como Eduardo Valdés, Leonardo Grosso, Rosana Bertone, Juan Carlos Alderete, Carolina Yutrovic, Jimena López, Lisandro Bormioli, Lía Caliva, Juan Manuel Pedrini y Ricardo Herrera.
El objetivo de la Agencia Nacional de Nocturnidad (ANN) es disminuir las muertes en espectáculos nocturnos y crear ámbitos seguros y libres de violencias. Para ello se crea este organismo descentralizado en el ámbito de la Jefatura de Gabinete, con autarquía económica financiera y personería jurídica propia.
La ANN se propone como un ente articulador de las políticas públicas que distintos organismos del Estado llevan adelante de forma específica y dispersa, como por ejemplo el Sedronar en relación al consumo de sustancias problemáticas, el INADI respecto de la discriminación y el Ministerio de Seguridad en lo que refiere a las políticas de seguridad.
Este organismo, que tendrá domicilio principal en la ciudad de Buenos Aires y que podrá tener dependencias en el Interior, estará dirigido a la regulación de eventos y espectáculos musicales, artísticos y de entretenimiento en general nocturnos, quedando excluidos los eventos deportivos.
En el marco de esta normativa, se propone crear un Registro de Actividades Nocturnas, en coordinación con las distintas jurisdicciones, en el cual se deberán inscribir todos los lugares de entretenimiento comprendidos en la nocturnidad.
Entre las funciones atribuidas a la ANN se encuentra la realización de investigaciones para la detección de violencias y proponer mecanismos de control y sanción; recomendaciones a los organismos del Estado en sus tres niveles vinculados a las actividades nocturnas; recomendaciones en materia de políticas tributarias para tender a la formalización de las actividades comprendidas en la nocturnidad; el dictado de cursos y seminarios de capacitación a personas técnicas y funcionarias del Estado en todos sus niveles cuyo desempeño se vincule o pueda vincularse con la nocturnidad; y la elaboración de campañas de concientización. (NA).