El 13 de marzo de 1985 está grabado en la memoria del puerto de Ingeniero White y de Bahía Blanca como un recuerdo al que duele volver. A 37 años de distancia, Marcelo Godoy, presidente de los Bomberos Voluntarios de Ingeniero White, relata lo que vivió esa madrugada siendo un joven integrante de ese cuerpo bomberil.
“Nadie podía prever un accidente de esas dimensiones, nadie hubiera imaginado semejante tragedia”, aseguró en declaraciones en La Brújula 24.
Relata que esa noche salieron todos los camiones de los bomberos y al llegar se encontraron con un escenario nunca visto: “Mucho polvillo, no se veía nada, quejidos por todos lados, no tengo palabras para describirlo, ruidos por todas partes”.
“Estaban caminando los que mejor estaban y caminaban como zombis, porque el ruido los dejó aturdidos, había muchos camioneros, ellos se quedaban dentro del camión mientras cargaban y muchos de esos camiones desaparecieron al momento de la explosión”, agregó Godoy.
Aquel terrible accidente, el más terrible ocurrido en la zona, dejó 22 personas muertas y cientos de heridos. Entre los fallecidos se recuerda siempre a Rubén Aceituno conocido como “Mate”. “Era nuestro instructor, una persona extremadamente simpática siempre con voluntad, con ganas, se casaba en dos o tres más, una excelente persona y le pasa esto, se consiguió un traslado aéreo para él, pero falleció el 19 de marzo”, recordó Godoy.
Poner fin al incendio llevó días. Además de la estructura, eran entre ocho a nueve toneladas de maíz.
“Nos enseñó a todos los que estamos en emergencias a organizarnos mejor, fue un caos total, nadie estaba preparado para eso. Ahora con las cuadrillas, las brigadas de emergencia de cada empresa, son vitales para cubrir la parte de las emergencias, para ayudar”, apuntó Godoy sobre los aprendizajes que dejó aquella tragedia.
Agregó que dentro de las empresas del puerto también hay medidas y métodos de trabajo que hacen poco probable que ocurra un incidente de ese mismo tamaño, ayudados por la tecnología y por nuevas formas de operar.