La aseveración formó parte del mensaje que el jefe comunal brindó ayer en el acto del 162º aniversario de Quequén, en un pasaje que generó el aplauso de los presentes.
Como forma de brindar un discurso positivo, al referirse a la también llamada tasa a la exportación, López indicó que “tenemos un norte, que es el de cambiar esta realidad y que en el próximo tiempo podamos lograr que este bendito puerto que tenemos empiece a tributar, para dejar recursos para Quequén. Ese es un anhelo personal y del propio Concejo Deliberante”.
Intimaciones
Al profundizar en las acciones que está llevando a cabo el municipio para percibir el citado tributo, que según la ordenanza aprobada contempla el cobro del valor de medio litro de gasoil sobre cada tonelada exportada, el Intendente aseguró que se han enviado notificaciones e intimaciones a las empresas que exportan desde Puerto Quequén y en caso de que no la tributen “vamos a solicitar los embargos de las cuentas de las exportadoras correspondientes”.
En el final de sus palabras López indicó que “nuestra intención es que el Puerto entienda la necesidad de trabajar junto a la ciudad, para el mejor desarrollo y crecimiento de Quequén”.
Esta última expresión tiene directa relación con el espíritu de la norma que creó la citada tasa, ya que lo recaudado se destinará a obras de infraestructura en Quequén, como asfalto o extensión de las redes de agua y cloacas.
Cuestiones difusas
Más allá de las declaraciones del jefe comunal, está claro que distintos actores del quehacer portuario en principio coinciden en dos cuestiones: que la aplicación de tal gravamen encarecerá la operatoria de la estación marítima local, ya que los exportadores trasladarán lo que abonen a los precios, con lo cual se perdería competitividad respecto a otros puertos; a la vez que ponen un signo de interrogación sobre el destino real de los fondos que se obtengan y la duración en el tiempo del cobro de esta tasa.
Sobre el primer punto se entiende que esta aplicación perjudicará al accionar de Puerto Quequén, aunque hay una corriente que sostiene que hay que devolver a Quequén un beneficio por los problemas que se ocasionan, aunque debería ser a través de otro sistema y no de un gravamen que consideran una especie de peaje.
Por otro lado surgen algunas dudas respecto a la continuidad de este “impuesto”, ya que hasta fines de julio se exportaron desde Quequén unas 4,5 millones de toneladas, que multiplicadas por el índice de la tasa, ya generarían el ingreso de $30.000.000 al municipio y que a fin de año llevarían la cifra a no menos de $50.000.000.
Con esta cantidad de dinero se pueden hacer muchas obras, y si se mantiene el ritmo, en dos años se transformaría a Quequén en una gran ciudad y después qué, ¿seguirán cobrando la tasa?
Oídos sordos
Más allá de las intenciones del Ejecutivo de cobrar la tasa, aún por la vía judicial, desde hace meses se vienen registrando idas y vueltas, entre ellas entre el Consorcio y el Ejecutivo, ya que este último pretendía que el organismo portuario fuera el ente recaudador del gravamen, que se indicó no se cobra en ningún puerto.
Por otro lado, tiempo atrás desde el área de Economía de la comuna se manifestó a Ecos Diarios que se habían enviado 42 notificaciones a otras tantas exportadoras, para el pago de la tasa.
La cifra contrasta con el número de “unas treinta”, que según actores de Puerto Quequén son el total de las operan aquí actualmente, casi todas con sedes en CABA.
Asimismo se supo que la mayoría de estas empresas ha hecho caso omiso al tema, habida cuenta que la cantidad que exportan desde nuestra estación marítima es infinitamente inferior a la que operan desde otros puertos como Rosario o San Lorenzo.
Falta una ordenanza
Entre las cuestiones que aún aparecen difusas para la aplicación de esta tasa, se citó que es necesario que el Concejo Deliberante elabore una ordenanza complementaria que regule el paso vehicular de la producción hacia puerto, estableciendo con claridad su jurisdicción. De no contarla, no la podrá usufructuar.
Asimismo se dejó en claro que la Municipalidad no tiene potestad para embargar cuentas mientras no tenga una sentencia judicial a favor, con lo cual primero debería entablar una demanda. De todo esto se deduce que pasaría mucho tiempo para que se pueda aplicar un mecanismo de este tipo.
Considerando las distintas cuestiones indefinidas, por ahora no se vislumbra si se harán reales los dichos de Facundo López o no pasarán de una expresión de deseos; o si las exportadoras entrarán en razones. El tiempo traerá las respuestas. (Ecos Diarios)