“La pinta es lo de menos”, y eso también vale para las frutas y verduras que tenés en la cocina. Una campaña en supermercados de Europa y Estados Unidos fomenta la compra de comida menos atractiva para evitar los desechos excesivos por cuestiones estéticas.
Al parecer, no hay que juzgar a las frutas por su exterior. En algunos casos las cáscaras y hojas manchadas, machucadas, con hendiduras y “jorobas” son signos de que la fruta o verdura “le ganó” a insecto a una infección.
La fruticultura Eliza Greenman le explicó al sitio de NPR que las manzanas de mal aspecto tienen más azúcar, son más sabrosas y poseen mayor contenido antioxidante. ¿La razón? El stress al que fueron expuestas. Luego de estudiar la fruta, Greenman probó que las manchas que tienen a veces son de pestes y enfermedades inofensivas para los humanos, que además pueden no percibir cambios en el gusto o la textura. “Las manchas son el resultado de la planta peleando contra insultos del medio ambiente, apoyándose en sus defensas para ganar”, explicó.
Un estudio de 2014 de la universidad australiana Newcastle comprobó que cuantos más pesticidas se le echan a las plantaciones, menos antioxidantes produce por su cuenta la planta lo que hace que la fruta o el vegetal tenga hasta un 19% menos de antioxidantes que las orgánicas, plantadas sin químicos de este tipo.
Otro estudio probó que las hojas de las uvas expuestas a luz ultravioleta tienen niveles más altos de resveratrol, el antioxidante que se encuentra en el vino tinto y tiene fama de hacerle bien al corazón.
Fuente: La Nación.