Así, rodando por las calles del barrio, arribamos a la Escuela 21. Allí nos esperaban los alumnos de 4to y 5to año, listos para celebrar el Congreso de las Pibas y los Pibes Unidos del Bulevar. Luego de ardua deliberación, redactamos un acta, en la que figuran unas cuantas cosas de las que nos queremos emancipar: el barro que no te deja salir de casa, las cloacas que rebalsan, el maltrato de algunos grandes hacia los más chicos. Pero como tan solemne declaración no podía quedar ahí, llamamos a Marcelo Acosta, el Delegado Municipal de Ingeniero White, quien muy gentilmente se acercó a la escuela para que los congresales de guardapolvo le entregaran el acta en mano.
Porque, se nos ocurre por acá, la independencia no es algo que alcance con declarar una vez. Se parece más a un proceso, con idas y vueltas, que supone desafíos presentes, cambiantes, concretos. ¿Ustedes que piensan?
Fuente: Ferrowhite.