El hombre, por naturaleza está acostumbrado a hacer más de una actividad a la vez. Cocinar mientras escuchamos la radio o vemos un programa de televisión es cosa de todos los días. Sin embargo, en el contexto actual, eminentemente tecnológico y dotado de herramientas a nuestro alrededor, nos vemos obligados a ser más eficientes en el trabajo y economizar el tiempo.
Nos parecerá familiar un escenario como este: escribir un correo electrónico al tiempo que se atiende a un cliente por teléfono, leer de reojo el mensaje de Whatsapp que te acaba de mandar tu jefe, y contestar lo que te está preguntando el compañero de al lado. Todo eso lo realizamos al mismo tiempo ya que nuestro cerebro está preparado para eso y mucho más.
El concepto multitasking o multitareas apareció por primera vez en 1965 en un informe de IBM que hablaba de las capacidades de su último equipo de trabajo, y no fue hasta la década de 1960 que cualquier persona podría incluso afirmar que era bueno en la multitarea.
Hoy en día, la gente emplea esta palabra como una insignia de honor, como si fuese mejor estar ocupado con una diversidad de cosas, que sólo ser bueno en una actividad.
Lo positivo
En el trabajo puedes adquirir más responsabilidades por tu habilidad multitasking. Un trabajador puede recibir mucha información de varias plataformas, incluso puede estar a cargo de varias áreas y realizar tareas en todas. No hay nadie más indispensable que quien conozca el funcionamiento de todas las áreas.
Lo negativo
Mala memoria. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California descubrieron que la capacidad multitasking puede causar daños en la memoria y la salud, y por consecuencia un bajo rendimiento en el trabajo, pues al estar haciendo varias cosas a la vez, ninguna se ejecuta con la debida atención.
Al realizar múltiples actividades, se da una batalla entre el hipocampo, área del cerebro encargada de guardar y hacernos recordar información, y el telencéfalo, que tiene como función las tareas repetitivas. Esto da como resultado que al ejecutar diversas tareas se tenga mayor dificultad para recordar las cosas que se acaban de hacer.
Estrés
El ser una persona multitasking, como el nombre lo dice, satura de tareas. El pendiente por las constantes actividades presiona, abruma y es común que aún cuando no se haya terminado una tarea ya se esté pensando en que debes terminar la otra.
El nerviosismo, lejos de hacer más eficiente el trabajo, impide que se trabaje con la cordura y conciencia necesaria.
Los padecimientos relacionados con el estrés de ser multitasking son el insomnio, ansiedad, dolor de cabeza, gastritis, colitis, irritabilidad, mal humor, tensión muscular, entre otros.
En conclusión, hacer más cosas no conduce a hacer el trabajo mejor o más rápido. Hacer una cosa a la vez llevará a mejores resultados, con mayor focalización y precisión.
Como sociedad hemos caído en una trampa de ajetreo y exceso de trabajo. Sin embargo, el ser una persona “ocupada” no te convierte en más importante. Y hacer varias cosas al mismo tiempo lejos de ser una virtud, demerita el trabajo.
El poder priorizar una tarea es todo un logro. Hay actividades que pueden realizarse primero y otras después según su importancia. Darle valor a cada actividad, a cada momento te hará disfrutar del trabajo y la vida misma.
Fuente: Mercado.com.ar