Lo que hasta hace algunos años hubiera sonado ridículo, hoy se afirma con cada vez mayor certeza: gracias a sus recursos hidrocarburíferos no convencionales, la Argentina está en condiciones de convertirse en una potencia energética e influir en el precio internacional del barril. Así lo pronostican los analistas Bernhard Hartmann y Saji Sam, quienes elaboraron un informe especial sobre la actualidad y el futuro sectorial para Harvard Business Review, la revista de negocios de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos.
Los especialistas, que situaron al país entre los tres principales productores de shale a nivel mundial, explicaron que la creciente importancia de los hidrocarburos no convencionales constituye una razón adicional para entender que el valor del petróleo haya caído tanto en los últimos dos años y por estos días se encuentre cerca de sus niveles mínimos en una década.
Según sus estimaciones, la Argentina viene registrando mayores avances que otras naciones en pos de desarrollar sus campos de shale oil y shale gas. “El país posee cerca de 801 trillones de pies cúbicos de gas no convencional y unos 27 millones de barriles de reservas de petróleo del mismo tipo, técnicamente recuperables”, puntualizaron.
En lo que va de esta temporada, apuntaron, los precios del crudo han oscilado entre los u$s 27 y los u$s 42 por barril, lo que representa alrededor de una cuarta parte del pico de u$s 145 alcanzado en 2008. “Nadie sabe verdaderamente cuál será la tasación del petróleo en el futuro, pero creemos que los países y las empresas deben prepararse para verlo flotar en torno a los u$s 50 en lo inmediato”, anticiparon.
A su criterio, desde un punto de vista histórico ese precio no sería para nada sorprendente. “Los actuales valores del barril, de hecho, en realidad se ubican en similares niveles al promedio de los últimos 150 años, que es de u$s 35”, remarcaron.
Nueva etapa
En las últimas semanas, las principales potencias hidrocarburíferas del planeta se comprometieron a limitar su capacidad de extracción con el propósito de darle un nuevo impulso a la alicaída cotización del barril. Para Hartmann y Sam, que los ministros petroleros de Arabia Saudita, Rusia, Qatar y Venezuela hayan acordado detener su producción no constituye ninguna novedad histórica. “Se trata de un movimiento característico que la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) han ensayado durante décadas”, afirmaron en el informe.
Según el trabajo, como consecuencia directa de este acuerdo los precios del crudo enseguida subieron un 5%, pero no pasó demasiado tiempo para que el barril volviera a caer por debajo de los u$s 30. “El actual entorno del mercado petrolero no configura una crisis que pueda dar lugar a una recuperación en los próximos años. Todo indica que hemos ingresado a una nueva etapa de precios más bajos que afectarán no solamente a los productores de petróleo y gas natural, sino también a todas las naciones, las empresas y las personas que dependen de estos recursos”, vaticinaron.
En esa dirección, manifestaron que varios países –entre los que figura el mercado argentino– ya están comenzando a desarrollar sus hidrocarburos no convencionales a partir del uso de nuevos modelos de negocios, la aplicación de tecnologías innovadoras y la construcción de una cadena de suministro de la inversión compatible con estos proyectos. “Sudáfrica, China y la Argentina también se están preparando para desarrollar sus reservas en un intento de independencia energética”, aseveraron.
Fuente: Revista Petroquímica