Alrededor de 5.000 comercios minoristas debieron cerrar este año como consecuencia del brusco aumento de tarifas y por los efectos de la inflación, según informó Fedecámaras, entidad que representa al sector.
A esa cifra debe agregarse unas 500 empresas pymes, acotó Fedecámaras. “Los pequeños negocios, por el volumen de ventas que tienen, se quedan sin márgenes de ganancia, deben afrontar un brutal ajuste de tarifas y al mismo tiempo absorber los aumentos de precios mayoristas, porque es imposible trasladar esos costos al mostrador”, explicó el titular de la entidad, Rubén Manusovich.
El dirigente añadió que “las ventas en mayo cayeron otro 10 por ciento, comparándolas con 2015; otra vez se dio una situación prejudicial con precios nuevos y sueldos viejos, la gente no tiene plata en el bolsillo y sólo consume lo que necesita para subsistir“.
Manusovich precisó que los rubros más perjudicados son: Ferreterías y corralones, Casas de materiales eléctricos, Mueblerías, Casas de decoración, Línea blanca, Bazares, Bombonerías y Vinos finos.
En cuando a los cierres, hubo 2.000 bajas en la provincia de Buenos Aires, 600 en la región del Noreste, 500 en el NOA, 500 en la Capital Federal, 400 en Córdoba, 300 en Santa Fe, 150 en Mendoza, en tanto los otros se distribuyeron en el resto del país, puntualizó Fedecámaras.
Fuente: Mercado.