El incremento en el tamaño y capacidad de los portacontenedores tiene a la industria del transporte marítimo de cabeza intentando solucionar los múltiples problemas que esta tendencia ha provocado. Si bien la iniciativa descansó en la esperanza de generar economías de escala para abaratar costos, esta predicción no resultó ser tal, pues ha tenido un alto impacto financiero y operacional para las navieras, operadores de terminales, puertos y otros involucrados en la cadena logística.
Desde 2009, las principales navieras se embarcaron en una carrera por construir –y operar- naves de gran capacidad, llegando algunas a alcanzar más de 20 mil TEU, con el objetivo de generar economías de escala y así aumentar sus ganancias. Sin embargo, mientras que el resultado no ha sido el esperado causando una crisis de oferta v/s demanda, las navieras continúan ingresando órdenes a los astilleros encargando más megabarcos.
Aun cuando naves más grandes efectivamente ayudan a reducir costos de navegación, estos ahorros se van rápidamente al pagar costos más altos en puertos y servicios terrestres, según revela un estudio conducido por la consultora marítima Drewry. Naves más grandes demandan más servicios por parte de los puertos, desde dragados más profundos para los mayores calados hasta equipamiento de mayor envergadura para soportar cargas más voluminosas y pesadas.
Según indica el estudio, los ahorros generados por el aumento de tamaño de las naves son mínimos para la cadena logística y sobre los 18 mil TEU de capacidad la eficiencia comienza a disminuir considerablemente. Con la cantidad de megabarcos esperados para entrar en operación en 2016, se espera que la exigencia a los terminales portuarios aumente, generando un estrés en la cadena logística “contenerizada”.
Cifras reveladoras
El estudio además dejó en evidencia que los gastos de las terminales portuarias para manejar naves de mayor envergadura aumentan, junto con hacerse necesario expandir el espacio físico para evitar congestiones, aun cuando no haya mayor volumen de carga. Las economías de escala de los megabarcos solo funcionarían para toda la cadena logística si las terminales pueden mejorar la productividad de la mano con el aumento de capacidad de las naves, dice el informe.
El aumento de tamaño de las naves no presenta un beneficio de costos significativo, provoca una menor frecuencia de servicios y se traduce en una menor oferta de opciones para los embarcadores. Asimismo, aumentan los riesgos en la cadena logística en el segmento de contenedores, al concentrar la carga en menor cantidad de naves.
También hay un factor ambiental, ya que los mayores dragados tienen un alto impacto en la geografía marítima de los puertos. (Mundo Marítimo)