Los datos preliminares que maneja la Subsecretaría de Pesca de la Nación señalan un pobre nivel de actividad en enero; lejos del imaginado estímulo que traería la devaluación y la quita de retenciones.
De acuerdo a esos datos oficiales, en los muelles de Mar del Plata se descargaron 8.907 toneladas en el primer mes del año; un 21,5 por ciento menos en comparación al mismo período del año pasado (11.352 toneladas).
El volumen descargado en el puerto local estuvo principalmente compuesto por:
Merluza: 4.578 toneladas
Rayas nep: 838,2 toneladas
Abadejo: 124,1 toneladas
Corvina: 771,2 toneladas
Pescadilla: 675,6 toneladas
Pez palo: 494,2 toneladas
Besugo: 176,4 toneladas
Lenguados nep: 368,7 toneladas
Gatuzo: 156,7 toneladas
El nivel también se replicó en el resto de los puertos. Los desembarques globales alcanzaron las 19.601 toneladas, contra las 26.132 registradas durante enero de 2015.
Particularmente en la estación marítima local se advierte una “demora” en la zarpada de los buques, al igual que años anteriores. La muestra estuvo en la quema de gomas que protagonizó el Simape frente a una planta del grupo Caputo debido a la inmovilidad de su flota.
Reglas de juego, en una zona gris
No hay una razón que explique este no despegue, sino que son múltiples. Las indefiniciones de las nuevas autoridades respecto de cuáles son las reglas de juego para operar generan confusión y malentendidos (ver Armadores costeros se declaran en estado de alerta).
La intención de transparentar la actividad, evitar subdeclaraciones y cumplir con los dispositivos de selectividad, entre otras medidas, todavía está en una zona gris. Como muestra, el subsecretario de Pesca de la Nación, Tomás Gerpe, muestra marchas y contramarchas en diálogo con los actores del sector.
“Creyeron que con el movimiento en el tipo de cambio y la eliminación de las retenciones se solucionaba todo; pero acá se necesitan más medidas junto a un reordenamiento de la actividad”, confesó un empresarios consultado por Pescare.com.ar días atrás.
Entre otras cuestiones, desde las cámaras empresarias esperan que se instrumenten líneas de créditos blandos para que la industria recupere el capital de trabajo perdido en los últimos años y pueda movilizar los barcos, si están dadas las condiciones, junto al resto de la cadena.
Por otro lado, persiste el alto grado de conflictividad laboral, atentando contra el procesamiento en tierra y el conflicto con las ART. Además, los armadores piden eliminar la tasa vial sobre el gasoil y agilizar las devoluciones de IVA y reintegros, entre otras cuestiones.
Fuente: Pescare.