Fueron a la capital del país para la inauguración de la muestra “No hay puntada (ni puerto) sin hilo”, una exposición de su obra colectiva que podrá visitarse hasta fin de año en el Centro Cultural Haroldo Conti.
Se encontraron con más de 1000 bordados que habían cosido durante los últimos 4 años, además de objetos, fotos y videos que daban cuenta de su experiencia única de trabajo.
La vecina de White Mirta Vitaquis habló en representación de sus compañeras: “Cuando empezamos el taller nunca imaginamos que íbamos a llegar a presentar una muestra hoy acá, sinceramente estamos fascinadas, emocionadas.”
Este viaje amplificó la sensación de que bordar es una acción transformadora, tanto en lo individual como en lo colectivo. Para alguna, era la primera vez que subía a un subte, viajaba sola o hablaba de su obra frente a una cámara. Para todas fue la oportunidad de disfrutar y conocerse mucho más entre ellas y de dimensionar todo lo que podían lograr juntas: la potencia de la miniatura cuando se mueve entre muchas.