Las obras de Paula Aldea, Fabricio Carballo, Luciana Cerda, Stephanie Colonga, Laura Fuentes, Natalia Heim, Luisa Lerman, Diego Makedonsky, Florencia Martini, Nicolás Montani, Florencia Rodriguez Aires, Faustina Rusconi y Julia Zamora funcionan como una suerte de recordatorio, como una prueba de existencia.
“¡Cierto, las islas están ahí!’- y a la vez, como un testimonio de que esa existencia es múltiple e incierta, de que la presencia del estuario, a menudo desapercibida, depende de nuestra capacidad para ejercitar el encuentro sensible con un territorio en el que solemos olvidar que vivimos.
Asunto que en esta muestra adquiere una materialidad precisa: la de un paisaje atrapado en una bola de cristal en la que el futuro ya no se adivina, en la que el vuelo de una bandada de gaviotas flota suspendido en una solución de agua e hidrocarburos que, al ser agitada, se convierte en una nube oscura.