En pleno desarrollo de sus múltiples actividades culturales, la directora del Museo del Puerto Lucía Bianco visitó los estudios de La Brújula 24 y formó parte de IngenieroWhite.Com comentando los principales temas de actualidad que rodean a la institució.
“Es un momento muy efervescente. Hay mucho compromiso entre el equipo y la comunidad. Yo estoy al frente desde 2019 y formo parte desde 2007. Hoy contamos con ocho personas trabajando en el museo y el grupo es muy intenso para atender todos los detalles, desde el archivo y la investigación hasta el mantenimiento y la limpieza. Es un espacio querido desde el trabajo, además de las vecinas que le ponen el corazón los fines de semana”, destacó.
Uno de los cambios más significativos fue la colocación de la embarcación “La Nueva Lucía” en el acceso.
“No es solo un objeto frente al museo. Es muchísimo más, sumado al esfuerzo de traer la embarcación con una tarea titánica. Detrás de esa lancha, está la historia de muchas familias locales, como Espósito y Caserma, pero también está la historia de toda la comunidad en general. Agradecemos la donación que recibimos y la oportunidad de contar con nuestra historia colectiva presente. El traslado se hizo hace pocas semanas y trabajamos mucho para su reparación y limpieza. Todavía faltan detalles y queremos hacer un plastificado de la cubierta para que dure mucho tiempo a la intemperie. Va a pasar a ser un símbolo de la comunidad, como en su momento lo fue el Aguila Blanca”, aseguró.
“Siempre digo que en el museo las cosas suceden. Te propone ser interpelado desde todos los sentidos. Te moviliza desde un modo particular y no es habitual que eso suceda. Lo que propone es una experiencia que te conecte de forma vivencial con tu propia historia. Es muy raro que alguien de White entre y no encuentre algo de su historia. El museo pertenece a la comunidad e intentamos proponer cosas nuevas para que las cosas sigan pasando. Las salas se piensan con anticipación, tienen su guión y sus preparativos. Estamos pensando en repensar algunas salas, incorporar nuevos objetos y en los próximos años destinarlo a algunas salas”, amplió Lucía.
El taller de bordado
“Es una obra de arte colectiva, con una docente que coordina, pero entre todos las integrantes construyendo un saber. Eso llama mucho la atención y es muy particular. Una parte de la obra de las bordadoras fue a una galería de Buenos Aires y, en ese sentido, fue importante darle esa visibilidad. La idea es que la muestra de agosto replique todo lo que pasa en el taller y el sueño es que todas puedan viajar para formar parte”, indicó.
Los domingos en la Cocina
“El ciclo cocina arrancó con todo y fue un inicio con todo lo que puede pasar en este ciclo. La Asociación Amigas tiene una presencia que las lleva a involucrarse con la cultura del lugar y ser parte. Con ese grupo de vecinas, tenemos un alto compromiso y son una muestra de lo que representa nuestra comunidad. El equipo del museo tiene una coordinación y desde el año anterior se empieza a pensar en una grilla. Se tienen en cuenta las participaciones previas, las variaciones, las demandas, el apoyo a instituciones barriales. Es un trabajo que lleva tiempo, sumado a las presentaciones musicales, las fechas importantes de cada colectividad. Lo que pasa ahí es único y la gente mucha veces no puede entender lo que está pasando”, cerró.