Si bien la actividad pesquera tuvo varios vaivenes en los puertos del estuario de Bahía Blanca, nunca llegó a cubrir las expectativas creadas.
Hay quienes afirman dicen que los muelles locales fueron pioneros en las artes de la pesca, con producciones mayores incluso a las de Mar del Plata.
Probablemente así sea, sobre todo porque en 1911 (once años antes de la creación del puerto de la Ciudad Feliz) llegó a ocupar el primer lugar entre las terminales portuarias argentinas.
Hoy la pesca parece haber regresado, no sólo a Bahía Blanca, sino también a Rosales, donde el gigante Conarpesa se alista para comenzar a operar.
Según cifras del sitio especializado Argenports.com, en lo que va del año el puerto de Bahía Blanca terminará 2023 con muy buenos números, ya que en enero / octubre cerró con un acumulado de 14.600 toneladas, contra las 10.400 alcanzadas en el mismo período del año pasado.
En tal sentido, cabe recordar que en 2022, con relación a 2021, Bahía Blanca alcanzó un 39,3% de aumento en las descargas de pescado, pasando de 9.237 toneladas a 12.866.
De hecho, este proceso de crecimiento ya se había comenzado a gestar años antes.
Si se compara 2021 con 2020, se pasó de 7.242 toneladas a 9.237, con un 27,5 por ciento de aumento, mientras que de 2019 a 2020 había ido de 2.711 toneladas a 7.242, lo que representó un crecimiento récord del 167 por ciento.
En 2019, después de cinco años, volvió a descargar un pesquero de altura, el Soho Maru, un potero de Argenova, y desde allí el proceso no sólo no se detuvo sino que no para de crecer.
Ahora, con 800 toneladas adicionales que la empresa Puerto Frío recibirá en diciembre, 2023 probablemente cerrará con un récord de 15.400 toneladas
Pero un aspecto para destacar dentro del auge pesquero es el gran impacto positivo que tiene la actividad en el plano laboral.
En tal sentido, un reciente análisis del impacto económico de la pesca en el puerto de Bahía Blanca arrojó un índice de ocupación de jornales de acuerdo a la tonelada movida de pescado infinitamente superior al de los graneles, con 1,9 jornales ocupados de manera directa por tonelada.
Esto involucra a trabajadores de Puerto Frío, Aduana, estibadores, amarradores, pesqueras, etc, mientras que como empleo indirecto hay que sumar todo lo vinculado a reparaciones, proveeduría, servicios, lavandería, combustibles, etc.
Por su parte, Puerto Rosales tampoco se queda atrás en materia pesquera, sobre todo luego del impacto que tuvo en el ambiente la decisión de la compañía de radicarse en esa terminal, desde donde operará con 14 buques durante el tiempo de zafra
Se estima que en unos cuatro meses Conarpesa habrá finalizado las obras encaradas, para comenzar así con las descargas de pescado. (ArgenPorts).