Las empresas que adoptan tecnologías de inteligencia artificial (IA) logran una tasa de crecimiento 56% más alta que sus pares, pese a que las firmas aún no la utilizan en todo su potencial, de acuerdo con un estudio de la consultora Accenture difundido este miércoles en la 29° Conferencia Anual de la Unión Industrial Argentina (UIA).
De acuerdo con el relevamiento, realizado en 500 empresas de mercados en crecimiento, las empresas que adoptan la IA logran una tasa 56% más alta que sus pares, además de atribuir 30% de sus ingresos a temas vinculados con estas tecnologías.
“Creo firmemente que la inteligencia artificial es la tecnología que más va a trasformar nuestras industrias. Se abre un nuevo ciclo tecnológico porque la IA nos invita a pensar en nuevas fronteras de eficiencia, productividad y generación de valor, impactando sustancialmente las formas en que trabajamos. Tenemos que estar preparados para esas nuevas formas”, manifestó María Sánchez Pagano, directora en Accenture.
Sánchez Pagano participó junto con el especialista en IA, Santiago Bilinkis, del panel “inteligencia Artificial e innovaciones tecnológicas para la transformación industrial”, como parte del evento del UIA que se desarrolla en el Centro de Convenciones de la Ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Recoleta.
Sánchez Pagano subrayó que la IA “no viene a sustituirnos”, y que esa “no es la intención”.
“Me gusta hablar que los humanos vamos a estar potenciados por la IA, es un co-piloto, un asistente que va a agilizar los procesos de toma de decisiones pero que no va a reemplazar al conductor de la nave”, agregó.
La analista llamó a que las empresas adopten la IA porque las que lo hacen “están generando un valor sustancial y una distancia con sus pares”.
En el estudio de Accenture, se encontró que pocas empresas están logrando capitalizar todos los beneficios de esta tecnología.
“Sólo un 17% logra capturar los beneficios de toda la IA y un 53% se queda en pruebas aisladas que nunca lograr escalar”, indicó.
Para la escalabilidad –explicó- “se requiere de la definición de una organización y de un gobierno transparente para su adecuada utilización, un marco ético y de seguridad, y prácticas de gestión de riesgos respecto a la infiltración, robo de datos, ataques y el mal uso de la tecnología”. (Télam).