Los alimentos más recomendables para consumir son las mandarinas, las setas y, por supuesto, almendras, nueces y dátiles.
Sin embargo, no son los únicos de este tipo. Las castañas asadas contienen un elevado contenido en fibra que ayuda a combatir los problemas de estreñimiento.
Según indica la Fundación Española de la Nutrición (FEN), 100 gramos de castañas contienen 209 kilocalorías. De acuerdo a un informe de este organismo, el cuerpo “necesita potasio para casi todo su funcionamiento, incluso para el buen funcionamiento del riñón y del corazón, la contracción muscular y la transmisión nerviosa”.
El documento también señala que el consumo indica que es óptimo para las personas de ambos sexos son 3500 miligramos diarios.
Propiedades de las castañas
Es un alimento con menos calorías y cuenta con gran sensación de saciedad. El valor nutricional de una castaña por 100 g sería:
- Calorías: 179 kcal
- Proteínas: 2,65 g
- Hidratos de carbono: 36,5 g
- Fibra: 6,7 g
- Potasio: 500 mg
¿Qué beneficios tiene comer castañas?
Las castañas es uno de los frutos secos que se pueden comer en esta época del año y cuenta con varios beneficios para la salud, entre ellos:
- Fortalecen el sistema óseo
- Ayuda al funcionamiento del sistema nervioso
- Es un excelente alimento para las personas con diabetes
- Contienen aminoácidos
- Es bueno para el sistema digestivo
- Ayuda a perder peso
¿Cómo comer castañas asadas?
Una de las formas más tradicionales de comer castañas es asadas en las brasas o el horno. Una vez asadas, se deben pelar bien y tienen que estar en punto
Para secarlas hay que precalentar el horno a 180° y ponerlas de 20 a 40 minutos en el horno, según su tamaño y cuan secas estén. En caso de que se busque que queden jugosas, hay que dejarlas en remojo un cuarto de hora antes.
En caso de que se hagan a la brasa o en una sartén, deben moverse a menudo para que no se quemen.
Fuente: El Cronista