“No se trata de un nuevo libro, sino la reedición del material de 2013 con algunas correcciones y nuevos datos. Surgió la posibilidad de hacer esa ampliación y pudimos presentarla este sábado. Durante este tiempo surgieron muchas inquietudes y la gente siente un genuino interés de conocer la historias de los talleres”, señaló la autora en nuestro programa radial de los sábados.
“Hoy tenemos un espacio variado y articulado entre los distintos elementos que le dan vida y riqueza al museo. No solo con el aspecto ferroviario, sino en relación a la comunidad”, cerró la autora.
La reseña de FerroWhite
El sábado presentamos la segunda edición de “Los talleres invisibles. Historia de los talleres ferroviarios Bahía Blanca Noroeste.”. La primera edición se había lanzado en un encuentro que compartimos con muchos de los trabajadores mencionados en sus páginas. Allí estaban De Simón y Peñacorada, Corvatta y Suanes, Lucas y Boccaccini, Foresi y Danei.
Aunque habían pasado dos décadas desde el cierre de los talleres, esos hombres todavía se saludaban por el apellido. Los talleres representan también ese vínculo, cierto orden de relaciones que resultó más difícil de demoler que las propias paredes que le dieron sostén.
Reconstruir esa trama resulta, en parte, el propósito de esta publicación, pero es también su condición de posibilidad. Porque para comprender cómo funcionaron y qué rol cumplieron los Talleres Bahía Blanca Noroeste, fue preciso poner a su “maquinaria humana” otra vez en marcha. Llegarse hasta la casa del peón y del capataz, visitar con ellos las ruinas de lo que fue, y recibir a todos en el museo con un mate tan amargo como algún que otro pasaje de esta historia.
En el diálogo, a veces polémico, con ese “sujeto plural” que, contra toda idealización nostálgica, no supuso nunca la homogeneidad de sus integrantes, fue tomando forma este libro cuya segunda edición corregida y ampliada presentamos, el último sábado, en compañía de los familiares de aquellos ferroviarios que hoy ya no están.
Sellado tras su desmantelamiento, el destino de los Talleres convoca sin embargo cuestiones abiertas: a cuatro décadas de la recuperación de la democracia, ¿Qué rol está llamado a cumplir nuestro sistema de transportes en el desarrollo de la nación? O si se prefiere una pregunta más acotada y urgente: ¿Qué destino le cabe a las tierras que ocuparon estos talleres, luego de que casi todos sus edificios fueron demolidos?
Allí están, para intentar una respuesta, las vecinas y vecinos que en los últimos años fueron capaces de convertir el predio de los talleres en el hermoso Parque Noroeste, un lugar en el que el hacer comunitario se anima a darle forma a un porvenir mejor. También a ellos va dedicado este libro.