La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como “un estado de bienestar en el cual cada individuo desarrolla su potencial, puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y puede aportar algo a su comunidad”.
Basta detenerse apenas unos segundos en esta definición para comprender qué lejos están la mayoría de las personas de alcanzar ese bienestar. En 2019, la OMS puso en marcha una iniciativa para garantizar el acceso a la salud mental de más personas en el mundo. Sin embargo, la posibilidad de realizar un tratamiento eficaz sigue siendo “extremadamente baja”, admite la misma organización mundial.
Los números pueden ayudar a ilustrar mejor el panorama: la depresión es la cuarta causa de la pérdida de años saludables de vida; el suicidio es la segunda causa de muerte entre los 15 y los 29 años; los consumos problemáticos -con el alcohol en primer lugar, seguido de marihuana, cocaína, psicofármacos y otras drogas “de diseño”- son crecientes entre los más jóvenes, advierte Carlos Damín, toxicólogo de la UBA. Entre los adultos, el efecto de las sucesivas crisis económicas es un poderoso generador de incertidumbre, la puerta de entrada a numerosos conflictos emocionales, como la ansiedad y la depresión. La pandemia dejó su impronta sobre distintos grupos; la violencia es un reto cotidiano, dentro y fuera de los hogares.
Las investigaciones en salud mental pueden identificar las principales problemáticas y -en teoría- aportar soluciones concretas. ¿Dónde ponen la mirada los especialistas en salud mental en nuestro país? ¿Qué temas convocan sus preocupaciones e inquietudes?
Martín Agrest, director del área de Investigación de Proyecto Suma, una ong con sede en la ciudad de Buenos Aires que brinda tratamientos de salud mental y procura la inclusión socio comunitaria de personas con padecimientos mentales severos (https://www.proyectosuma.org.ar/), indica que en el Registro Nacional de Investigaciones en Salud (Renis) existen 3007 proyectos consignados, de los cuales 155 trabajos son sobre salud mental.
Algunas temáticas que destacan son pesquisas sobre la situación de personas que viven con padecimientos mentales (internadas o con atención ambulatoria); consumos problemáticos en adolescentes (alcohol, tabaco y drogas prohibidas); hospitalizaciones por causas sociales en la infancia; varios trabajos sobre esquizofrenia; investigaciones sobre depresión, y proyectos sobre la aplicación de la Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657 (que prevé la desmanicomialización de los internados).
También se investiga sobre la estigmatización de mujeres en situación de prostitución; maternidad en mujeres con padecimientos mentales; qué manifestaciones llevan a consultas en emergencias psiquiátricas; un amplio abanico de trabajos sobre el impacto de la pandemia por Covid-19 en distintos grupos y situaciones; mortalidad y tendencias en suicidios; impacto psíquico sobre pacientes, cuidadores y enfermeros en cáncer; sexualidades; violencia de género; cuidados paliativos; sexualidad en discapacidad. (Télam).