El petróleo y gas de Vaca Muerta le pueden regalar una oportunidad única al Gobierno que viene. Solo entre 2024 y 2027 se prevé un saldo comercialfavorable de energía cercano a los u$s 40.000 millones, contando también combustibles líquidos, energía eléctrica y otros productos.
Esa es la estimación que hizo la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH) mediante un estudio del especialista Nicolás Arceo, director de la consultora Economía & Energía.
Con un marco regulatorio estable y la posibilidad de acceso a dólares para que las empresas puedan girar dividendos y pagar deuda, ya en 2024 la Argentina contaría con exportaciones de energía por u$s 7797 millones e importaciones por u$s 4440 millones, con un superávit de u$s 3357 millones.
El saldo será posible en gran parte por las obras del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) de Vaca Muerta, la reversión del Gasoducto Norte, las consiguientes menores compras de gas licuado, la ampliación de la red de Oleoductos del Valle (Oldelval) y la rehabilitación tras 16 años del Oleoducto Trasandino (Otasa) para evacuar el petróleo crudo al exterior.
Los dólares de Vaca Muerta y el sector energético
El Gobierno estima que este año habrá un leve superávit comercial energético, que irá creciendo en el futuro. Será la primera vez desde 2010 con un salvo favorable. Las importaciones de gas se convirtieron a partir de 2011 en un problema macroeconómico y una de las causas principales del cepo al dólar y la inestabilidad de la última década.
En 2025 la balanza energética estaría en positiva por más de u$s 7200 millones; en 2026, por casi u$s 12.500 millones; y en 2027, por cerca de 16.000 millones de dólares.
El déficit comercial energético se convirtió a partir de 2011 en un problema macroeconómico que fue causa del cepo al dólar; esa restricción dejará de estar desde el año que viene, con las obras de infraestructura
Las proyecciones dependen de inversiones también multimillonarias, que están atadas a una “sensible modificación del entorno regulatorio vigente”. Los principales lineamientos de las normas que requieren las petroleras son: acceso libre a las divisas y poco o nulo diferencial de precios entre los valores internacionales y los locales, de comercialización en el mercado interno.
El precio interno
Actualmente, mientras el petróleo Brent ronda los 90 dólares por barril, en la Argentina las productoras le venden a u$s 56 el crudo a las refinadoras, por el congelamiento de precios en los surtidores, el descuento de calidad y los Derechos de Exportación (retenciones).
Ricardo Rodríguez, presidente de Shell Argentina, señaló: “La brecha de precios debe ir bajando progresivamente. Sabemos que no será fácil ni puede ser instantáneo, pero es fundamental para competir por las inversiones en el portafolio global de una empresa multinacional“.
El ejecutivo venezolano, que asumió el año pasado su puesto en el país, recordó ante El Cronista que pese a que Shell está en condiciones de tener los beneficios del Decreto 929/2013 (que le permitiría exportar sin retenciones y obtener libremente el 20% de los dólares), aún no se cumplió esa regla.
“¿Cómo se puede arruinar esta oportunidad?”, preguntó este diario en la Exposición Argentina Oil & Gas en La Rural. Arceo, uno de los especialistas más respetados en el sector, apuntó que respetar los precios y los contratos es esencial, y que cambios en esa materia podrían hacer perder millonarias inversiones en el país. Un empresario petrolero marcó que el congelamiento de los combustibles no ayuda, pero valoró que fue producto de un acuerdo en la industria y no por decreto, como hace cuatro años.
Fuente: El Cronista