El documental titulado «Inovidable Bill Américo» se proyectó en la sala auditorio del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca junto una multitud de allegados al Lungo. El legado de Brusa sigue vivo.
EL LUNGO BRUSA ATRAVIESA EL TIEMPO
El 28 de noviembre de 1998 el Lungo Bill Américo Brusa falleció a los 76 años de edad, pero su huella se puede rastrear hasta nuestros días. El multifacético dorreguense fue el padre de la «Capital del Básquet» y esto se puede apreciar al ver el colmado auditorio portuario.
Con la presencia de Néstor Machiavelli, director del documental, Federico Susbielles (Presidente del Consorcio de Gestión del Puerto), el vice presidente de la ABB (Guillermo Barco) jugadores, entrenadores y ex compañeros y allegados al lungo, se vivió un noche amena y emotiva.
Dentro de los presentes destacaron Cortondo y Monachesi, dos que conocieron a Bill Américo Brusa como pocos y su emoción fue palpable al reconocer varias de las anécdotas contadas en primera persona por el protagonista.
«Brusa dejó un legado imborrable, me quedo con ese carácter humanista, el sentido de la amistad, que se vio reflejado en cada momento de su vida. El no cambió nunca lo cotidiano por ningún monto de dinero, incluso cuando le ofrecieron 10 veces más de lo que ganaba en Bahía, ponderó las amistades, el día a día con la gente que lo rodeaba por encima de cualquier cosa», comentó Néstor Machiavelli.
«La técnica es muy importante en el básquet, pero la intimidad con el equipo, la parte humana, las relaciones intrapersonales, si eso no está resuelto, no se llega a buenos resultados. Creo que cuando un grupo tiene asumido este apartado del juego y se suma el talento natural se llega a buenos resultados. Ineludiblemente y esto es algo que Brusa sabía gestionar como ninguno».
«La semilla que sembró Brusa pasa por estos aspectos del juego, que van más allá del mismo, por eso sus ex jugadores lo trataron como un padre. El no tuvo hijos, ni se casó nunca, pero eso no es verdad… el lungo se casó con el básquet y tuvo miles de hijos que son ni más ni menos que los jugadores que pasaron por él», finalizó Machiavelli.
Todas estas cuestiones planteadas por el director se pueden apreciar de manera palpable en un documental que es narrado en primera persona por el propio Brusa antes de fallecer en una entrevista mano a mano con el propio Machiavelli.
El documental además contiene la visión de aquellos que lo acompañaron, como Lito Fruet, Adolfo Lista, etc, en un desarrollo dinámico con un disparador que daba paso a la palabra del protagonista y de sus allegados.
Federico Susbielles también dejó sus palabras: “Estoy muy sorprendido, porque pasaron 35 años y el lugar desbordó de gente, muchos que se emocionaron, quienes lo conocieron y otros que no. Me parece que hoy alguno descubrió al Lungo. Muchas cosas continúan circulando: los valores del básquet de Bahía, lo que el básquet brinda, la visión y como se nutre, con valores que él representaba como nadie”, resaltó Susbielles.
Además Adrián Monachesi dejó su visión sobre Bill Américo Brusa que pinta a las claras la influencia que tuvo en sus dirigidos: “El grupo era bárbaro y el Lungo era el padre de todos. Fue una persona que vivió para el básquet y por el básquet. A veces en la vida no tenés que ser un fenómeno en algo, sino bueno en todo y el Lungo llevó a que en un equipo de grandes figuras seamos todos iguales”.
El rescate del legado de Brusa es algo que hay que valorar e iniciativas como esta marcan a las claras que, más allá de haber pasado más de 30 años, las enseñanzas y la huella siguen más presente que nunca.