En pleno inicio de año y renovando las expectativas como en cada ciclo lectivo, desde la Escuela 40 del Barrio Saladero nos visitó su directora Daniela Dalmas, compartiendo con IngenieroWhite.Com algunos detalles salientes sobre la realidad que los rodea y la organización del establecimiento.
“Fue un buen comienzo de clases y, este año, un poco más convulsionado, ya que pasamos a tener jornada completa asumiendo la orientación en artes y sumando nuevos profesionales, lo cual mejora la propuesta educativa. El funcionamiento es pleno, con las complicaciones propias del barrio. Tenemos el comedor nuevo, que se ganó con el presupuesto participativo, y un SUM hermoso para distintas actividades”, mencionó.
“Siempre cuento con la ayuda del Consejo Escolar, con los tiempos lógicos para solucionar cada problema que surge. En la 40 la matrícula básicamente es del Saladero; algunos vienen desde Boulevard y Villa Talleres, pero la mayoría son del barrio. La matrícula con la que finalizamos es 94 alumnos y ahora es fluctuante porque recién comenzaron las clases y hay casos que se van a ir sumando. Siempre estamos entre 90 y 100 alumnos”, agregó.
Sobre su llegada al barrio, Daniela comentó: “Trabajé 15 años en una escuela privada y, luego, me encantó incursionar en lo estatal. Mi inclinación es ir a escuelas periféricas porque me siento útil en ese tipo de lugares. La comunidad es una de mis partes favoritas. Hoy en día hay dificultades en todos lados y la vulnerabilidad social es algo que permanentemente se manifiesta. Las puertas de la dirección viven abiertas y las familias cuentan con nosotros para todo”.
Y profundizó: “Tenemos una asistente social para poder resolver situaciones que van más allá del ámbito educativo. Ponemos lo central en la enseñanza, pero en la medida que podemos damos orientaciones de todo tipo. Para eso trabajamos en red con otras instituciones. Llegué al Saladero en 2017 y soy directora desde 2020. En este tiempo conocí el barrio y la localidad, entablé lazos y me di cuenta que White es un mundo aparte”.
“Volviendo al trabajo en red, estamos en contacto permanente con la sala médica. De esa manera nos aseguramos que tengan la atención que necesitan. Con el Envión pasa lo mismo a la hora de la contención, en el caso de alumnos de una edad mayor. Tenemos apoyo de algunas empresas, como ADM, que solventa el servicio de internet, y el Sindicato de Luz y Fuerza. Y retomando lo del Consejo Escolar, a Lorena (Mishevitch) la vuelvo loca. Hay infinitos pedidos y siempre están para darnos una mano. Sumado al trabajo de cooperadora que, con un grupo muy reducido, siempre está presente para generar cosas maravillosas”, concluyó Dalmas.