El documento oficial del Fondo Monetario Internacional que convalidará la reducción de la meta de reservas para 2023 contendrá también una fuerte reprimenda al Gobierno por haber demorado la quita de subsidios a la energía, supo El Cronista de fuentes al tanto de las gestiones en Washington.
En la visión del organismo internacional, una parte de esos u$s 5000 millones adicionales que demandó la importación de combustible podría haberse ahorrado con tarifas más altas que hubieran desincentivado el uso de la energía.
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El staff report, el documento con el que la plana técnica del Fondo formaliza su visión sobre la marcha del programa, contendría un box en el que se remarcarían las falencias del Gobierno en reducir los subsidios en 2022. La quita de estos beneficios debía totalizar un 0,6% del PBI y comenzar a mediados de año, pero se extendió hasta octubre y supuso un ahorro sustancialmente menor.
El gasto en energía
Los técnicos del Fondo les anticiparon a los funcionarios argentinos que opinan que, como consecuencia de esas delaciones, no solo se demoró el cumplimiento de la meta fiscal (a costa de grandes esfuerzos en el segundo semestre, sobre todo en obra pública y por la licuación de parte del gasto social), sino que se incrementó el desbalance energético.
Dicho sencillo: si se hubiera promovido el ahorro de energía con tarifas más altas a los consumidores, se hubiera importado menos. El FMI publicará este martes el documento con la nueva meta de reservas.
Desde el inicio del Programa de Facilidades Extendidas (EFF, sus siglas en inglés), el Fondo remarcó la exigencia de reducir los subsidios energéticos. Fue un pedido que la directora gerente Kristalina Georgieva dejó por escrito luego de distintas reuniones protocolares con funcionarios.
En 2022, Argentina importó u$s 12.868 millones de energía y exportó casi u$s 8400 millones. Según la consultora Economía & Energía, de Nicolás Arceo, el valor total de las importaciones creció 120% interanual, por un crecimiento del 28% en cantidades (fruto de la mayor actividad económica) y del 72% en los precios (por la guerra). El Ministerio de Economía le transmitió al FMI que la guerra en Ucrania tuvo un costo para el país de u$s 5000 millones, por las subas de la energía.
La consultora detalló que los subsidios energéticos totalizaron u$s 12.335 millones en 2022, o 2% del PBI. Aumentaron en u$s 1300 millones contra 2021, pero como la economía creció 5%, se registró una caída medida como gasto en términos de PBI.
Los aumentos previstos
Ante el descontento del Fondo por la lenta marcha del desarme de subsidios, el Gobierno opondrá que, este año, continuará la segmentación. Ya se detallaron incrementos en las facturas de electricidad de hasta 36% para los usuarios de ingresos medios y altos, para transferirles mayores costos en la generación de energía. Será el único aumento del año en generación, dijo la Secretaría de Energía, pero falta sumar incrementos en transporte y distribución.
Desde marzo, también subirá la factura de gas, hasta un 39%. En este caso, el costo de generación subirá 28% y, a esa suma, se agregarán incrementos en transporte y distribución a nivel nacional.
Las previsiones oficiales también suponen un fuerte ahorro en la importación de energía, que el ministro Sergio Massa cuantificó en u$s 2100 millones a comienzos de febrero. Esto, fruto de la puesta en marcha del Gasoducto Néstor Kirchner, después de mitad de año, y de la compra anticipada de GNL.
Reservas en tensión
El Banco Central debía sumar u$s 500 millones de reservas netas en el primer trimestre y u$s 4800 millones en todo el año. Pero en los primeros dos meses, vendió unos u$s 1000 millones netos. Según Ciara-CEC, el sector agroexportador perderá negocios por u$s 10.000 millones por la sequía.
El cambio de metas, sin embargo, le quitarían presión a Economía y al BCRA. Por un lado, podrían abrir un poco más el grifo de divisas a importadores. Por otro, se difumina la de un repo con bancos internacionales a tasas altas y se dilata la chance del dólar soja 3. El Banco Central sostiene que tiene dólares para llegar a la liquidación de la magra cosecha gruesa esperada a partir de abril.
Fuente: Cronista.