Con el otoño a la vuelta de la esquina, es momento de recuperar la piel luego de los meses de exposición al sol, mar, viento, pileta, y demás factores que durante el verano la deshidratan y resecan.
Tras las vacaciones, es normal que la piel luzca poco luminosa y opaca, y se debe a que en el órgano más grande del cuerpo humano se refleja lo que comemos, el agua que bebemos -o no-, si dormimos bien, etc. Y en los días de descanso, los cambios de clima, la alimentación un poco más “relajada”, y las rutinas que se vuelven menos saludables se manifiestan en la apariencia de la piel, sobre todo del rostro.
“La piel es un órgano dinámico y tiene capacidad de adaptación y cuando nos vamos de vacaciones, si estuvimos en la playa expuestos al sol, viento, mar o en la montaña a más altura, más allá del daño solar y del viento, las pieles se deshidratan, se broncean y pueden aparecer manchas, rojeces, alergias, nuevos lunares, etc. Es por esta razón que puede lucir engrosada, opaca y más áspera al tacto”. En opinión del médico dermatólogo Lucas Ponti, “también muchas veces después de las vacaciones puede aparecer acné”.
Y tras señalar que “en una época se creía que el sol era una herramienta para tratar los granitos o secarlos”, el dermatólogo miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), sostuvo a Infobae que “si bien eso es cierto, al aumentar las deshidratación se da este engrosamiento de la piel por la radiación UV, se estimula secreción de sebo, aumenta la grasitud y es bueno tenerlo presente porque puede aparecer acné, especialmente en pieles con tendencia a este tipo de brotes”.
El especialista recomendó “hacer una consulta con el dermatólogo antes de irse de vacaciones para chequear los lunares y a la vuelta al empezar el año volver a chequearlos y aprovechar esta consulta para armar un plan de tratamiento personalizado para cuidar la piel post vacaciones”.
“Una pata fundamental en la recuperación de la piel es volver a retomar los hábitos saludables”, insistió Ponti, quien remarcó que “además de cuidar la piel por fuera hay que cuidarla desde dentro, ya que la nutrición y oxigenación que este órgano necesita debe venir del aparato circulatorio”.
En ese sentido, el especialista sostuvo que “los ejes claves son la alimentación, la actividad física y el descanso”. “Alimentación rica en vegetales crudos, frutas, frutos secos que tienen grasas esenciales, pescados ricos en omega y una buena hidratación tomando abundante agua, actividad física para mejorar la circulación y oxigenación del organismo y descanso nocturno”, detalló.
En tanto, “desde afuera”, se podrá armar de manera personalizada “una rutina con antioxidantes, hacer limpiezas de cutis, peelings suaves para bajar el engrosamiento y después ir preparando la piel para el invierno, que es cuando pueden utilizarse los famosos ácidos, que son los que realmente terminan de transformar esa piel engrosada del verano”.
Qué hacer cuando aparecen las tan temidas manchas
En la mirada del médico dermatólogo Christián Sánchez Saizar, “la deshidratación, la aparición manchas y arrugas de expresión, especialmente en las zonas expuestas como el rostro, el cuello, el escote o las manos son los síntomas de alerta para comenzar a tomar conciencia de la importancia de cuidar la piel y realizar una consulta con el dermatólogo a la vuelta de las vacaciones”.
“En primer lugar es importante la consulta con el para identificar cuál es la causa de la mancha, lo que permitirá un enfoque más integral -apuntó el especialista de la SAD-. Hoy contamos con diferentes tratamientos y tecnologías que podemos combinar para obtener mejores resultados. Desde cremas despigmentantes junto con peelings químicos o láseres y luz pulsada, son los tratamientos indicados para tratarlas”.
Sánchez Saizar destacó que “cada mancha requiere de un tratamiento específico, de acuerdo a su diagnóstico dermatológico, al tipo de piel y a las características generales del individuo que la padece”. Para él, “lo más importante es la combinación adecuada y secuencial de los diferentes recursos con que cuenta el especialista para tratar las manchas de la piel.Ningún método empleado aisladamente es suficiente para solucionar estos problemas, por eso, los tratamientos combinados son los que dan los mejores resultados, minimizando los efectos adversos de cada uno”.
Otoño: momento ideal para renovar la piel
“El otoño es la época ideal para renovar la piel, recuperarla de las agresiones del verano y renovarla en profundidad”, comenzó a explicar Sánchez Saizar.
La consulta es esencial para establecer un diagnóstico. El objetivo puede ser mejorar la calidad de la piel, tratar manchas, combatir la flacidez y arrugas o tratar la pérdida de volumen por el paso de los años. De allí que sea clave partir de un buen diagnóstico y hacer un plan a medida para implementar durante el año.
Por su parte la médica dermatóloga Lilian Demarchi recalcó que entre los tratamientos más elegidos, “la limpieza de cutis y los peelings son ideales para renovar la piel”.
“Existen distintos tipos de peeling con distintas concentraciones de ácido de acuerdo a lo que se quiere lograr y sin duda el otoño es la estación ideal para comenzar con ellos”, subrayó Demarchi, quien precisó: “Una vez que la piel está limpia y se renovaron sus capas más superficiales será el momento de hidratar en profundidad y bioestimularla. Hoy existen tratamientos que bioestimulan la piel y esto es una tendencia que llegó para quedarse. De esta forma trabajamos una hidratación en profundidad y mejoramos la calidad de la piel y el tono”.
Cuando la piel luce con flacidez o sin tensión, “el tratamiento indicado será el uso de radiofrecuencia para renovar el colágeno y la elastina para que el organismo logre volver a tensar y tonificar nuevamente la piel”, aconsejó la dermatóloga.
En coincidencia con sus colegas, la especialista consideró que “la consulta con el dermatólogo es primordial para realizar un examen personalizado que permita evaluar el tipo de piel y sus necesidades”. “Hay que evaluar en cada paciente el tipo de piel, si está dañada por factores ambientales, si presenta manchas, si es hipersensible, si tiene acné, si por sus actividades cotidianas está muy expuesta al sol, entre otros factores -aportó-. No es necesario presentar una patología para utilizar ácidos o realizar peelings. La mayoría de las veces se realiza para mantener la belleza en pieles sanas”, subrayó Demarchi.
Cómo preparar la piel antes de los tratamientos
Hay una serie de rutinas que pueden implementarse en casa, como incorporar cremas dermatológicas o antiage con diferentes tipos de ácidos. “La elección del ácido que contiene la crema antiage va a depender de la edad del paciente, tipo de piel y también de la problemática a tratar”, subrayó Sánchez Saizar.
“La rutina de cuidados diarios comienza por la mañana con la limpieza de la piel, seguido de la aplicación de una crema humectante y por último el protector solar. Recordemos que el protector solar es el mejor anti age aunque nos quedemos en casa o salgamos poco, lo ideal es incorporarlo a nuestras rutinas diarias los 365 días del año”, describió Demarchi.
Y continuó: “Por la noche es importante limpiar la piel antes de acostarnos para eliminar impurezas, células muertas, y prevenir que se tapen los poros. Puede ser con jabón y agua tibia, o con alguna loción o agua micelar. En las pieles sensibles es importante evitar bases con alcohol; para las mixtas es ideal el uso de geles o espumas de limpieza. Finalmente, con la piel limpia, se aplica la crema antiage en todo el rostro, excepto el área de párpados, para donde se recomienda una crema específica para el contorno de los ojos”.
Cómo reconocer cada tipo de piel
Sensible: puede enrojecerse y arder luego de aplicar los productos.
Normal: es tersa y no sensible.
Seca: es áspera, se descama y produce escozor al usar productos.
Grasa: es brillosa, se la ve grasa
Mixta: combina áreas de piel seca y grasa.