¿Está el IPCC haciendo lo correcto? y ¿Está el IPCC funcionando correctamente? Son las dos preguntas que se hacen varios expertos de alto nivel sobre la necesidad de reformar el comité científico de la ONU para el cambio climático (IPCC), el mismo que llegó hace ya años a la revolucionaria conclusión de que el cambio climático está en marcha y se debe a la acción del. Este replanteamiento coincide con el nombramiento de un nuevo presidente del IPCC y con la Cumbre del Clima que se inicia en París esta misma semana. Se espera que en la cumbre 195 países alcancen un acuerdo para limitar a dos grados centígrados el calentamiento global, algo que muchos expertos consideran ya imposible.
No es la primera vez que se plantea la reforma en profundidad de esta institución, creada en 1988 por la Organización Meteorológica y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, antes de la histórica primera Cumbre del Clima que se celebró en 1992 en Río de Janeiro. El IPCC “ha demostrado su valor para la colaboración científica a gran escala con el objeto de sintetizar y analizar la gran cantidad de investigaciones, para su uso por los políticos, así como para establecer la credibilidad de los resultados respecto a los Gobiernos nacionales”, como señalan los autores del artículo sobre el tema que publica la revista Science. Entre ellos están el italiano Carlo Carraro, el alemán Ottmar Edenhofer y el estadounidense Robert Stavins.
El nuevo y cuarto director del IPCC es el coreano del sur Hoesung Lee, de 69 años. Como de los tres vicepresidentes del comité, era un candidato continuista para reemplazar al indio Rajendra Pachauri, que estuvo 13 años en el cargo y lo dejó antes de que se cumpliera su mandato a raíz de una acusación de acoso sexual. El IPCC ha hecho hasta ahora cinco informes de evaluación, pero han sido determinantes para que el mundo conozca su propia situación de cambios presentes y futuros del clima, lo que le valió un premio Nobel. Intenta ofrecer una instantánea de lo que la comunidad internacional sabe sobre el cambio climático, sin fomentar una opinión concreta. El último informe fue hecho público hace un año y la nueva etapa abre el camino para el sexto informe, que no estará listo antes de cinco años.
Los resultados clave del último informe, señala el propio IPCC, incluyen que la influencia humana en el sistema climático es clara, que cuanto mayor sea la perturbación de la actividad humana sobre el clima, mayores serán los riesgos de consecuencias graves, generalizadas e irreversibles y que la humanidad dispone de los medios para limitar el cambio climático y construir un futuro más próspero y sostenible.
Lee ha dicho ya que quiere que el IPCC se centre en encontrar soluciones para los efectos del calentamiento global en vez de limitarse a seguirlo, en responder a los problemas que se les planteen. “Hemos hecho un trabajo estupendo en identificar el problema del cambio climático, pero al mismo tiempo hemos sido algo lentos en identificar las soluciones”, dijo al diario británico The Guardian tras su nombramiento. Para atacar el problema por el lado de las soluciones Lee pretende que en los informes participen más la industria y el mundo financiero y que las empresas puedan utilizar más fácilmente la enorme cantidad de información disponible. En un comunicado, Lee señaló: “En la siguiente fase de nuestra labor nos adentraremos en la comprensión de los impactos regionales, especialmente en los países en desarrollo, y mejoraremos el modo en que comunicamos al público nuestras conclusiones. Ante todo, es necesario que suministremos más información sobre las posibilidades que existen de prevenir el cambio climático y adaptarnos a él”.
Expertos como Carraro y Edenhofer van en esa misma línea al abogar por que el IPCC proporcione la información necesaria para que los responsables de las políticas sobre el clima puedan elegir con más facilidad entre las opciones políticas disponibles para la mitigación y la adaptación -las palabras clave actualmente- a distintas escalas (regional, nacional e internacional). Para ello proponen cambiar la estructura del comité (ahora existen tres grupos de trabajo que funcionan independientemente) para llegar a poder ofrecer un análisis más integrado y proponen más interacción continua con los políticos y otras partes interesadas, como las empresas. También proponen cambios en el funcionamiento interno del IPCC y en la forma de presentar los informes.
El nuevo régimen global de política sobre el cambio climático, según el planteamiento que se plasma por primera vez en la Cumbre de París, se basa en la aplicación de políticas nacionales muy heterogéneas, cada una de las cuales la determina la situación del país. Christiana Figueres, la diplomática costarricense que organiza la cumbre desde la dirección de la Secretaría de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, reflexionó recientemente en The New Yorker sobre el momento actual, reconociendo, eso sí, que es una optimista. “Esto del cambio climático es un tema muy interesante de aprendizaje para la Humanidad. Soy antropóloga (…) y lo que vemos ahora es que lo que una nación hace tiene repercusiones sobre las demás. Y creo que el acuerdo de París representará la primera vez que las naciones se unan en darse cuenta de esto”. (Por Malén Ruíz de Elvira; Madrid)