El 60 por ciento de las beneficiarias del programa nacional Mi pieza logró realizar hasta tres obras para mejorar sus casas con el apoyo económico que el Gobierno otorgó a esas 170 mil mujeres de barrios vulnerables de todo el país, a través de una iniciativa con perspectiva de género y que impacta en un universo de casi 762 mil personas de los vecindarios involucrados.
Así quedó constatado en los resultados de una evaluación sobre el impacto del programa, realizado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA), a un año de la implementación de esa política por parte del Ministerio de Desarrollo Social.
Karen, Natalia, Fátima, Yolanda, Micaela y Sofía son algunas de esas mujeres que pudieron ver su “sueño cumplido” cuando, gracias a Mi Pieza, lograron darles a sus hijos una habitación propia.
Son mujeres con “alto nivel de vulnerabilidad laboral”, mayor que el resto de la población femenina, no sólo porque tienen trabajos informales sino porque sobre ellas recae el cuidado de sus hijos, como sintetizó el ODSA en su informe.
“La política focalizó a su población beneficiaria adecuadamente”, consignó el relevamiento y remarcó que el 80% de esas mujeres tiene entre 25 y 45 años y “tres de cada cuatro de ellas son las que se ocupan principalmente de las tareas de cuidado”.
Unas 760 mil personas están alcanzadas por el programa Mi Pieza, de las cuales 365 mil son niños, niñas y adolescentes que viven en los 4.200 barrios populares inscriptos en el Renabap. Del total de proyectos habitacionales, el 50% está finalizado y todavía hay 150 mil obras en ejecución, con un 87% del presupuesto ejecutado.
Ampliar o mejorar viviendas para familias hacinadas, que viven en asentamientos sin asfalto y zonas anegadas de barro durante las lluvias constituye un cambio sustancial en la calidad de vida. Y eso empieza a ocurrir a partir del hecho de que los niños puedan contar con un espacio propio, más sano y más seguro. (Télam).