La cosecha de maíz va tomando velocidad y los rendimientos muestran el impacto de la sequía que afectó a la campaña. Sin embargo, son muchos los casos en los cuales quedó en claro que la inversión en tecnología ayudó a sostener de manera consistente la productividad del cultivo.
En esta coyuntura, cada kilo cuenta, sobre todo cuando los precios del maíz son los más altos de la historia, como detalló hace pocos días un informe de la prestigiosa Bolsa de Comercio de Rosario. En ese camino de defender el rinde a través de la tecnología, la nutrición del cultivo, y particularmente la urea, ha jugado un rol fundamental.
En una campaña como esta es muy importante analizar la necesidad justa de cada lote, en cada circunstancia. Gustavo Ferraris, destacado especialista del INTA en nutrición de cultivos, indicó durante una capacitación organizada por Profertil que “el nitrógeno requiere cada vez más un ajuste dinámico y casi en tiempo real”.
En ese sentido, cobra especial importancia un programa con el que Profertil viene siguiendo desde hace muchos años las necesidades del maíz, denominado Maicero. “Es una herramienta de diagnóstico diseñada para apoyar el proceso de toma de decisiones para lograr una correcta fertilización nitrogenada, que considera variables como fecha de siembra, híbrido y, también, la condición hídrica y de suelo, entre otros elementos”, describió Mirta Toribio, responsable de Investigación y Desarrollo.
Muchos de los planteos que atravesaron en buena forma las dificultades climáticas de esta campaña son maíces sembrados en fechas tardías, un esquema productivo que crece cada vez más en el país y que en este ciclo superó el 60% de la superficie, según datos del Ministerio de Agricultura de la Nación.
Ferraris es claro cuando dice que, en esas circunstancias productivas, “la refertilización con nitrógeno permite incrementar un 20% el potencial de rinde”. El experto recuerda que “el corrimiento de las precipitaciones aumenta la participación de las siembras tardías, para darle estabilidad al maíz, haciendo coincidir su período crítico con las lluvias”. Y agregó que “las fechas tardías le ponen un piso interesante a la producción”.
El maíz se convirtió, en los últimos años, en el cultivo más importante del país por volumen de producción. En esta campaña, a pesar de la baja en la productividad por la sequía, seguirá siéndolo. Profertil, como la empresa de nutrición de cultivos más importante de la Argentina, está comprometida con la difusión de las herramientas necesarias para que los productores puedan sostener e impulsar sus rendimientos en cada circunstancia.
“Para nosotros, es muy importante ayudar a difundir cada vez más el conocimiento que hace falta para el manejo eficiente del maíz”, dijo Toribio. Y, en ese sentido, agregó que “hoy es cada vez más importante aplicar la agricultura de precisión y tener un manejo sitio específico de cada lote”.
En esa línea, indicó que la compañía difunde desde hace muchos años las Mejores Prácticas de Manejo (MPM) para la nutrición en maíz, que incluyen determinar la dosis adecuada (en base a herramientas de diagnóstico como el análisis de suelo), elegir las fuentes pensando en una nutrición balanceada, y aplicar en el momento y forma correctos.
“Las MPM permiten aumentar la eficiencia de uso de los nutrientes y eso es clave en campañas como ésta”, manifestó.
Este año se sembraron en la Argentina 7,1 millones de hectáreas de maíz con destino a grano comercial, según datos oficiales. Eso significa un 15% más que el promedio de las últimas 5 campañas. Además, es la octava campaña consecutiva en la que sube la superficie implantada con el cultivo.
Por eso, más allá de la escasez hídrica que muchos sufrieron y que golpeó los rindes, es importante recordar que la tecnología siempre ayuda. A veces, a defender los rindes en circunstancias adversas. Y otras, cuando la coyuntura acompaña, a potenciarlos. Como dijo Toribio, “en el campo la mirada suele estar más allá de una campaña y nosotros, en Profertil, pensamos de la misma manera”.