Según la definición tradicional, es millonario quien tiene al menos un millón de unidades monetarias. En Argentina, siguiendo esta línea, una persona con un millón de pesos sería entonces millonario, aunque sabemos bien que hoy en día ese monto no está ni cerca de replicar la imagen mental que nos viene a la cabeza cuando hablamos de alguien millonario.
¿Podríamos decir entonces que una persona millonaria es aquél que tiene un millón de dólares? ¿De Euros? ¿De francos suizos? La realidad es que, desde el punto de vista de las nuevas finanzas personales, no se puede decir que una persona es millonaria o no solamente por los millones que tiene, sean diez o cien.
Lógicamente, muchos quieren ser millonarios aunque muy pocos lo logran. Muchos creen que lo lograrán cuando su cuenta bancaria llegue a los seis dígitos, pero luego descubren que a pesar de ello no se sienten millonarios. ¿Qué significa entonces ser millonario? Alguien que es financieramente independiente a una edad en la cuál puede disfrutar esa independencia. El resto es puro cuento socialmente aceptado para hacernos entrar en la trampa del roedor que corre todo el día en su jaula para darse cuenta que está siempre en el mismo lugar.
Los tres “tanques” que nadie tiene en cuenta
Hace un tiempo, navegando en Facebook, vi una imagen que me movilizó. Se llamaba “Ley de la vida” y mostraba tres representaciones de un hombre en distintas etapas.
La primera figura era de un adolescente con tres tanques abajo, como los que indican cuanto nos queda de batería en el celular. En el primero decía “Tiempo” y estaba ¾ lleno, en el segundo decía “Dinero” y estaba en menos de ¼, y en el tercero decía Energía y estaba al 100%. Es una buena ilustración de cómo se vive esa etapa: mucha energía, bastante tiempo libre y poco o nada de dinero para disfrutarlo.
Luego, se veía la imagen de un hombre de traje con un maletín y mirando el reloj, presumiblemente mayor de 30 años: el tanque de “Tiempo” estaba en menos de ¼, el de “Dinero” ¾ lleno y el de “Energía” ¾ lleno también.
Cuando pasamos los 30 nos acercamos a nuestro momento de mayores ingresos. Sin embargo, solemos encontrarnos que para generar esos ingresos debemos trabajar de “sol a sol” y emplear en ello toda la energía que poseemos, que si bien es mucha, es menor a la de años atrás. Tenemos dinero y energía suficiente, pero no tenemos tiempo para disfrutar de ello.?
Finalmente, se veía la imagen de una persona mayor con un bastón en un banco de plaza, presumiblemente un sexagenario: el tanque de “Tiempo” estaba lleno, al igual que el de “Dinero”. Pero el de “Energía” tenía menos de ¼. En la tercera edad se dispone de tiempo y del dinero ahorrado, pero escasea la energía para poder aprovechar lo logrado.
Analizando lo expuesto: ¿podemos seguir pensando que un millonario es aquel que tiene lleno el tanque de “dinero”. Porque una persona puede tener u$s 10 millones pero invertir todo su tiempo y energía en mantener ese nivel de vida, trabajando a destajo para mantener activo su flujo de ingresos y gastos.
Ser “millonario” y “exitoso”, desde el punto de vista social es tener lleno el tanque de Dinero y vacío el de Tiempo en alguno de los únicos dos ciclos de la vida en los cuales aún tenemos el tanque de Energía con disponibilidad “full” o “semi-full”.
Ser millonario, desde mi perspectiva, es tener los tres tanques en más de la mitad al mismo tiempo, como un objetivo de mínima. Y eso se puede lograr entre los 30 y los 50 años, pero no más allá, transitando el camino menos sinuoso y más inteligente de todos: el de los ingresos pasivos como liberadores de tiempo.
Decodificando los ingresos
El tanque de “Energía” es el único de los tres que comienza lleno y tiene un descenso decreciente a lo largo de la vida, relacionado con las leyes de la naturaleza.
Los tanques de “Dinero” y “Tiempo”, no obstante, son variables cuyo nivel dependerá de nuestras acciones. Pero lo más importante es una cuestión desconocida por la mayoría de la gente: no son tanques dependientes, es decir, que lo uno hace con su tiempo puede ser distinto a la manera en la cuál genera ingresos.
Pero para entender esto, debemos primero analizar en profundidad cuáles son las fuentes de ingresos y para ello tomaremos el ejemplo utilizado por Robert Kiyosaki en su libro “El cuadrante del flujo de los ingresos”.
Para simplificar, decimos que el dinero puede ser generado desde cuatro lugares distintos:
Empleado: es la forma de generar dinero que tiene la mayoría de la gente. Se trabaja una cantidad de horas fijas, y el empleador paga una remuneración todos los meses. Desde empleados públicos hasta pilotos de aviones, cobran un sueldo mensual generalmente fijo por sus servicios.
Autoempleado: mucha gente también genera ingresos bajo esta figura. La entrada de dinero suele ser variable, y dependerá de la inversión de tiempo que haga la persona.
Desde contadores que trabajan por su cuenta hasta taxistas, esta generación de ingresos suele tener más potencial que la vista anteriormente, lo que no quiere decir que todos sepan cómo aprovechar las ventajas de vivir bajo relación de independencia.
Dueño de negocio: analizando ya el lado de los “capitalistas”, la generación de ingresos de los que entran en esta categoría puede hacerlos millonarios.
Es importante resaltar aquí que el negocio que se posee no tiene por qué ser un local, es decir, tener un correlato físico. Gracias a Internet, los dueños de negocios virtuales vienen pisando cada vez más fuerte.
Inversor: claramente abarca a una minoría de la población, que logra generar ingresos utilizando dinero en vez de horas hombre. En este punto, el pilar de generación se mezcla con el de inversión.
Si pensamos estas cuatro fuentes de ingresos como un cuadrante en donde del lado izquierdo (Empleado y Autoempleado) tenemos a la gran mayoría de las personas mientras que del lado derecho (Dueño de un negocio e Inversor) se encuentra la minoría, podemos fácilmente deducir que este último es “el” lugar donde estar.
En el sector izquierdo del cuadrante se generan los llamados Ingresos Lineales, que son aquellos que dependen de la cantidad de horas de trabajo. Pero además, esas horas de trabajo son compensadas una sola vez.
En el sector derecho, en cambio, se encuentran los Ingresos Pasivos, que son aquellos ingresos que no necesitan de nuestro tiempo actual para ser generados. Los dueños de un negocio pueden obtener Ingresos Lineales o Pasivos dependiendo como encaren su trabajo, pero los inversores obtienen en su mayoría solo Ingresos Pasivos, que son generados en casos tales como: franquicias, derechos intelectuales (copy rights), acciones, bonos, propiedades y muchas otras fuentes más. Una de las características de los Ingresos Pasivos es que se trabaja mucho de una sola vez y luego se obtienen los beneficios de ello durante años o incluso décadas.
Sabiendo esto, podemos entonces afirmar que la única forma de lograr un balance aceptable entre los tres tanques y convertirse en un verdadero millonario es encausar nuestros esfuerzos en la concepción de Ingresos Pasivos, que actúan como liberadores de tiempo y nos permiten mantener en niveles aceptables los tanques de Tiempo y Dinero. Si, además, queremos disfrutar de lo logrado deberíamos conseguirlo antes de los 50 años, para disponer también de un tanque de Energía en niveles aceptables.
Esta limitación temporal puede bajar un poco la vara en cuanto al monto que se puede llegar a juntar, pero la inteligencia para invertir lo ahorrado más la generación de ingresos pasivos que no provengan necesariamente de las inversiones sino de otros VAI (Vehículos Automatizados de Ingresos) pueden compensar la situación y desembocar en otro descubrimiento importante: no hace falta tener un millón de dólares para ser millonario sino que se puede serlo con bastante menos que esa cifra cumpliendo con las pautas citadas.
Problemas de apegarse a un término desactualizado
Aprendimos hoy que la palabra millonaria es tramposa, y que el concepto que la sociedad tiene de los millonarios es algo totalmente old fashioned.
Pero no nos quedamos solo en eso: avanzamos sobre la estrategia que debería seguir aquel que quiera convertirse en un millonario real, incorporando en su lista de objetivos la generación de Ingresos Pasivos que actúan como liberadores de tiempo.
Con estas ideas en la cabeza, la independencia financiera (que es, justamente, ponerse a uno mismo en la situación en la cuál invertir tiempo en el trabajo ya no es necesario) deja de ser una utopía para convertirse en algo que depende pura y exclusivamente de nosotros.
Fuente: Mercado.