Las altas temperaturas del verano exponen al cuerpo a situaciones que pueden resultar extremas si no se tienen los cuidados adecuados. Suele recordarse que el verano nos exige un mayor consumo de líquidos y de comidas más livianas. Pero ¿qué es exactamente un golpe de calor? ¿Sirve cualquier líquido para hidratarnos? ¿Qué comidas resultan más efectivas y por qué?
Laura Fantelli Pateiro es Magíster en Nutrición (M. P. 35), miembro de la Comisión directiva de la Sociedad Argentina de Cirugía de la Obesidad (SACO) y coautora de libros y publicaciones de nutrición en cirugía bariátrica (aquellas ligadas a la pérdida de peso, entre las que se encuentra el llamado bypass gástrico).
En diálogo con Télam, la especialista marplatense recordó que la Clínica Mayo de los Estados Unidos define como “golpe de calor” a un trastorno ocasionado por el exceso de calor en el cuerpo, generalmente como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas o del esfuerzo físico en esas mismas condiciones. “El golpe de calor puede ocurrir si la temperatura del cuerpo alcanza los 40 °C o más”, advierte.
Y advirtió que si esta afección no se trata rápidamente puede ocasionar daños a diferentes órganos aumentando el riesgo de complicaciones graves o la muerte. “Durante los meses de altas temperaturas aumentan las probabilidades de sufrir golpes de calor, deshidratación y otras enfermedades en poblaciones vulnerables como bebes, niños, adultos mayores y enfermedades crónicas, es por ello que lo que uno come y bebe cobra fundamental importancia”, observó.
Para tener en cuenta
1. Las niñas y niños deben beber agua; las gaseosas no deben estar diariamente en la mesa, sólo en ocasiones importantes.
2. Motivar a que toda la familia desayune junta, oportunidad para incluir frutas, jugos naturales y licuados.
3. Involucrar a los niños en la preparaciones de bebidas o platos saludables, como una ensalada de frutas.
4. Incluir verduras en todos nuestros almuerzos, cenas y frutas entre comidas o postres.
5. Utilizar jugos, licuados y yogures como opciones frescas y ricas en agua durante las horas de la tarde, en un club o en la pausa en el trabajo.
6. Tomar como mínimo 8 vasos diarios de agua. Llevar una botella en la mochila o cartera e ir recargándola en cada dispenser.
7. Hacer ejercicio a diario. Nada mejor que empezar o terminar el día con algo de movimiento para renovar energías.
Fuente: Télam