El río Paraná continúa descendiendo en varios puertos de Entre Ríos, donde la bajante histórica comenzó en marzo de este año y provocó cambios en la vida ambiental, económica, productiva y social de ciudades costeras, así como en el futuro de su flora y fauna hasta al menos 2025.
Además, el Instituto Nacional del Agua (INA) alertó que prevalecerá una disminución de los caudales entrantes, y continuarán las aguas bajas hasta al menos el 28 de febrero del 2022.
Las alturas actuales ya superaron las marcas de 1971 (0,50 metros), las de 2020 y 1970 (0 metros), y hay que remontarse a 1944 para registrar una situación peor que la actual.
Ese año, el río marcó -1,40 (debajo del nivel del mar) metros frente a Paraná, al igual que en Diamante (-1,38), Victoria (-41) y en La Paz (-1,11).
En el noroeste entrerriano, en La Paz, el río Paraná bajó de 1,33 metros a 93 centímetros, lejos de los 3,20 metros de límite de aguas bajas y de los 4,11 que la Prefectura Naval Argentina (PNA) registró como promedio entre 1996 y 2020.
En Paraná, capital provincial, el río homónimo también descendió los últimos 7 días de 68 a 26 centímetros, muy por debajo de su nivel de aguas bajas (2,30 metros) y de su altura promedio en noviembre (3,08 metros).
Aún así, el INA espera que oscile entre los 55 y 0 centímetros a principios de enero.
En el puerto de Diamante, más al sur de la costa entrerriana, el río mantiene un descenso desde mediados de noviembre y hoy permanece con 48 centímetros de altura, 44 centímetros menos que la semana pasada.
Así, se mantiene por debajo de los 2,40 metros del límite de aguas bajas, y el INA prevé que descienda a 88 en diciembre y 83 en enero. (Télam).