Este martes 30 de noviembre se celebra el Día Nacional del Mate en la Argentina, una costumbre propia de nuestro país que tiene un gran arraigo. Si bien la pandemia cambió la forma de compartir ya que se recomienda usar un mate propio, sigue estando presente en cada encuentro.
Cabe remarcar que la fecha es oficial desde 2015 y se celebra en honor al caudillo Andrés Guacurarí y Artigas, más conocido como Andresito. Él no fue el único gobernador indígena de la historia argentina, sino que fomentó la producción y distribución de la yerba mate.
Es un hecho que esta infusión es la más consumida en los hogares argentinos (90%): se toman más litros de mate que de agua por persona en el país.
La palabra mate nació del vocablo quechua matí, que significa calabaza, ya que este fue el recipiente y material donde más se tomaba cuando los españoles llegaron a América del Sur. En tanto la bombilla se denominaba tacuarí y era simplemente una cañita ahuecada.
Una de las viejas discusiones en torno a esta infusión es si debe tomarse amarga o dulce. No obstante, si bien eso queda a merced de quien lo prepare, existen muchas variantes más allá de las clásicas y conocidas, como el mate de leche o de miel.
Mate amargo
El mate amargo es la manera más tradicional de tomar el mate.
Mate dulce
Quienes no gustan del sabor amargo natural de la yerba añaden azúcar o edulcorante, lo que suele provocar que se “lave” más rápido.
Mate con naranja o limón
Algunos agregan cáscaras de naranja o de limón al mate para afrontar la acidez y contrarrestar el ardor de estómago y, de paso, darle un toque diferente a la infusión. Antes hay que secar las cáscaras, calentarlas a fuego directo, picarlas y después mezclar con la yerba.
Mate con café
Otra forma conocida de tomar el mate es con café. Es un sabor intenso con altos niveles de cafeína, especial para comenzar el día. Se prepara agregando dos cucharadas de azúcar y media de café molido a la yerba.
Mate con aguardiente
Una antigua costumbre para combatir los días de frío en invierno, aún se mantiene en algunos pueblos del norte del país. Se agrega una pequeña medida de aguardiente a la yerba seca para humedecerla, y luego unos chorritos extra, a medida que corre la ronda.
Mate con hierbas serranas
Los fans de los yuyos aseguran que la menta, la peperina y la melisa son una buena opción para romper la rutina matera. Que le dan un gustito extra. Resulta un brebaje muy parecido al té que se prepara con las hierbas que venden en las dietéticas.
Mate con miel y cedrón
Quienes no gustan del mate amargo a veces echan una cucharada de miel al agua y unas hojitas de cedrón a la yerba.
Tereré
De origen guaraní, es la versión veraniega del mate. El agua caliente se reemplaza por jugo de naranja, pomelo o cualquier otra fruta con hielo.
Mate con leche
Se prepara el mate como de costumbre, pero en lugar de calentar el agua, se pone al fuego la leche. Antes de que llegue a su punto de hervor, está lista para cebar. Sabe igual que el mate cocido con leche original.
Mate con cerveza
No es común pero según un estudio del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), existe una pequeña parte de la población que remplaza el agua por cerveza.
Mate de frutas
Los adeptos del mate de frutas agrega manzana, pera o ananá.
Mate Brasileño (“chimarrão”)
Lo que difiere la infusión argentino/uruguaya de la del sur de Brasil, sin duda, es la yerba mate y el tamaño del mismo. Para comprender esa diferencia, hemos que llevar en cuenta el proceso de elaboración de la yerba mate brasileña. En Argentina la yerba es verde, no es madurada.
La gran exigencia de los mateadores brasileños es una yerba nueva, del mes de su elaboración. Además, se toma en mate de gran tamaño.
Mate con azúcar quemada
La forma tradicional de agregar dulzura al mate, es con azúcar quemada, pero siguiendo una técnica ancestral, es el auténtico mate dulce. Una manera de endulzar el mate más práctica y sencilla es colocar dos cucharadas de azúcar molida en el fondo del mate, antes de agregar la yerba.
Una vez hecho esto, se sacude para mezclar el azúcar y que el sabor sea parejo durante toda la cebadura, y además para que la parte gruesa de la yerba quede en el fondo del mate, optimizando la cebada. La primera manera de hacerlo, consiste en colocar dos o tres cucharaditas de azúcar molida dentro del mate, luego un pequeño pedacito de brasa, y se agita hasta obtener un bloque de azúcar quemada.