La falta de agua condiciona la evolución de los cultivos de maíz y trigo, con eventuales caídas en los rindes, y pone en dudas el futuro de la siembra en algunas zonas agrícolas, pese a las lluvias de los últimos días que llevaron alivio en determinadas regiones del país.
“A cada semana se agrava la falta de agua en el centro de la región núcleo y el norte de Córdoba y Santa Fe, junto al norte del país”, advirtió el último informe Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Tanto José Luis Aiello como Alfredo Elorriaga, especialistas de consulta del GEA, coincidieron en señalar que “sin aportes extra desde el Pacífico y el sur de Brasil, será imperioso que mejoren los mecanismos regionales a fines de septiembre” para que haya una mejora climática que favorezca a la producción agrícola.
Según la BCR, las lluvias de los primeros nueve días de septiembre permitieron seguir con la siembra de maíz en la región núcleo, si bien advirtieron que “el aumento de la desecación superficial del suelo pone en riesgo la concreción de los planes de siembra” en el sudeste cordobés, norte bonaerense y sur de Santa Fe.
De acuerdo al trabajo, en Marcos Juárez, en el sudeste de la provincia de Córdoba, la falta de agua interrumpió las siembras, tras un avance del 75% en la superficie implantada, y “de no tener una lluvia pronto, quedará 20% de la superficie planificada sin sembrar”.
En Rojas, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, se sembró sólo el 15% de la superficie prevista y la humedad superficial alcanza para pocos días más: “Sólo se seguirá sembrando en lotes que tienen cobertura de rastrojos y retienen humedad”, sostienen los especialistas (Télam).