Luego de la triste noticia que se dio a conocer este martes, con el fallecimiento de Roberto Casinerio, uno de los vecinos que impulsó el crecimiento de su querido Boulevard durante toda su vida, compartimos esta nota realizada junto a su esposa Isabel “Titi” Trujillo en mayo de 2019.
Hace 62 años que están casados, pero las calles del Boulevard los cruzaron antes. Y prácticamente, juntos, vieron crecer al barrio. Isabel «Titi» Trujillo y Roberto Casinerio fueron los protagonistas del capítulo 657 de IngenieroWhite.Com, emitido por La Brújula 24, recordando viejas épocas en la localidad.
«Nací en las colonias viejas que estaban al lado del tanque negro. Y después me crié y viví acá en mi casa y todo el mundo me conoce como la Titi», comentó.
«Siempre fuimos muy humildes. Mis padres fueron muy trabajadores y seguimos sus pasos. Participé en todo lo que pude por el barrio: en la comisión de obras del club Huracán, en la conformación del grupo de Amigas del Castillo en el museo FerroWhite y en el Club de Madres de la Escuela 21», recordó.
«Y también trabajaba. Era empleada de la fábrica de bolsas que funcionaba donde ahora está el secadero de cereales. Trabajaba de 6 de la mañana a 2 de la tarde y, por día, hacíamos 3 mil bolsas. También recuerdo con mucho cariño mi etapa como modista de corte y confección y mi grupo de alumnas», repasó Titi.
–¿Cómo se conocieron y empezaron a construir esta familia?
–Roberto vino a vivir acá al lado. Yo tenía 12 años y ahí nos conocimos. Y llevamos 62 de casados y muy felices.
«Sí, fue así. En el ’48 entré a trabajar en el ferrocarril y así fuimos pasando esos años. En esos tiempos, el Boulevard no tenía nada y con la Sociedad de Fomento hicimos mucho por el barrio», aportó Roberto.
«En el ’83, me nombraron y empezamos a conseguir de todo. Lo principal y la obra que más me reconfortó fue la colocación del gas: 7200 metros de cañería. Y además se hicieron las obras sanitarias, el pavimento, la sala médica, placitas y el puente peatonal», destacó.
Y, a modo de cierre, Casinerio se despidió con una apostilla del ascenso de Huracán al Nacional: «fue memorable. La lluvia, la gente, el festejo, la llegada al Boulevard, el sufrimiento…la gente se desmayaba de la emoción».