La cápsula volvió después de seis años fuera de la tierra.
Una sonda japonesa regresó a la Tierra con muestras de apenas 0,1 gramos de “polvo estelar” del asteroide Ryugu, las cuales podrían ayudar a descifrar el origen de la vida y la formación del universo, informó la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA).
Se calcula que es la primera vez que se logran tomar muestras de un esteroide en cantidades suficientes como para poder entender su desarrollo y comprender mejor el universo ya que los científicos creen que Ryugu no ha cambiado desde su formación.
La cápsula, que se soltó de la nave Hayabusa-2 justo antes de entrar en la atmósfera, cayó en un paracaídas cerca de Woomera, una zona desértica en el sur australiano a las 2:30 de la madrugada de este domingoen Japón (14:30 del sábado en Argentina).
Su entrada en la atmósfera terrestre produjo una bola de fuego que dibujo un arco en medio de la noche que pudo ser capturado por las cámaras de Australia.
“¡Hemos encontrado la cápsula! ¡Con el paracaídas!”, informó la misión en Twitter
“Seis años después, por fin vuelve a la Tierra”, contó un responsable del programa espacial japonés, mientras sus compañeros saltaban y festejaban emocionados en la sala de control, según detalló la agencia de noticias AFP.
La sonda, que tiene el tamaño de una heladera, se separó del Hayabusa-2 a una distancia de 220.000 kilómetros de la Tierra y aterrizó en un área de 100 km2, aunque su recuperación será rápida, indicaron los científicos japonés, ya que posee unos indicadores que permitirán su localización.
Las muestras del asteroide Ryugu (que evoluciona a unos 300 millones de kilómetros de la Tierra) fueron atrapadas durante dos fases cruciales de la misión del Hayabusa-2, el año pasado.
Por un lado la sonda pudo recoger polvo de la superficie, y posteriormente material del interior de Ryugu que fue capturado al dispararle un proyectil.
En comparación, planetas como la Tierra y otros cuerpos celestes sufrieron cambios profundos a lo largo de la historia, tanto en su superficie como en el interior, básicamente a través de enormes procesos de calentamiento. Por eso, la esperanza de los investigadores de contar con este material para entender el universo.
“Cuando se trata de planetas más pequeños o asteroides, estas sustancias no se fundieron, y por lo tanto creemos que ahí dentro había sustancias de hace 4.600 millones de años”, explicó el director del proyecto, Makoto Yoshikawa, antes de la llegada del aparato.
Los científicos están especialmente interesados en descubrir si las muestras contienen materia orgánica, que podría haber ayudado a originar vida en la Tierra.
“Seguimos sin conocer el origen de la vida en la Tierra y a través de esta misión Hayabusa-2, si somos capaces de estudiar y comprender estos materiales orgánicos de Ryugu, podría ser que estos materiales orgánicos fuesen la fuente de la vida en la Tierra”, informó Yoshikawa.
“Nunca antes habíamos tenido materiales como este (…) el agua y las materias orgánicas serán objeto de investigación, por lo que esta es una oportunidad de gran valor”, agregó Motoo Ito, investigador de la Agencia Japonesa para Ciencia y Tecnología Marítimo-Terrestres.
Protegidas de la luz del sol y de las radiaciones en el interior de la cápsula, las muestras serán tratadas en Australia y después enviadas en avión a Japón.
La cápsula volvió después de seis años fuera de la tierra.
Una sonda japonesa regresó a la Tierra con muestras de apenas 0,1 gramos de “polvo estelar” del asteroide Ryugu, las cuales podrían ayudar a descifrar el origen de la vida y la formación del universo, informó la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA).
Se calcula que es la primera vez que se logran tomar muestras de un esteroide en cantidades suficientes como para poder entender su desarrollo y comprender mejor el universo ya que los científicos creen que Ryugu no ha cambiado desde su formación.
La cápsula, que se soltó de la nave Hayabusa-2 justo antes de entrar en la atmósfera, cayó en un paracaídas cerca de Woomera, una zona desértica en el sur australiano a las 2:30 de la madrugada de este domingoen Japón (14:30 del sábado en Argentina).
Su entrada en la atmósfera terrestre produjo una bola de fuego que dibujo un arco en medio de la noche que pudo ser capturado por las cámaras de Australia.
“¡Hemos encontrado la cápsula! ¡Con el paracaídas!”, informó la misión en Twitter
“Seis años después, por fin vuelve a la Tierra”, contó un responsable del programa espacial japonés, mientras sus compañeros saltaban y festejaban emocionados en la sala de control, según detalló la agencia de noticias AFP.
La sonda, que tiene el tamaño de una heladera, se separó del Hayabusa-2 a una distancia de 220.000 kilómetros de la Tierra y aterrizó en un área de 100 km2, aunque su recuperación será rápida, indicaron los científicos japonés, ya que posee unos indicadores que permitirán su localización.
Las muestras del asteroide Ryugu (que evoluciona a unos 300 millones de kilómetros de la Tierra) fueron atrapadas durante dos fases cruciales de la misión del Hayabusa-2, el año pasado.
Por un lado la sonda pudo recoger polvo de la superficie, y posteriormente material del interior de Ryugu que fue capturado al dispararle un proyectil.
En comparación, planetas como la Tierra y otros cuerpos celestes sufrieron cambios profundos a lo largo de la historia, tanto en su superficie como en el interior, básicamente a través de enormes procesos de calentamiento. Por eso, la esperanza de los investigadores de contar con este material para entender el universo.
“Cuando se trata de planetas más pequeños o asteroides, estas sustancias no se fundieron, y por lo tanto creemos que ahí dentro había sustancias de hace 4.600 millones de años”, explicó el director del proyecto, Makoto Yoshikawa, antes de la llegada del aparato.
Los científicos están especialmente interesados en descubrir si las muestras contienen materia orgánica, que podría haber ayudado a originar vida en la Tierra.
“Seguimos sin conocer el origen de la vida en la Tierra y a través de esta misión Hayabusa-2, si somos capaces de estudiar y comprender estos materiales orgánicos de Ryugu, podría ser que estos materiales orgánicos fuesen la fuente de la vida en la Tierra”, informó Yoshikawa.
“Nunca antes habíamos tenido materiales como este (…) el agua y las materias orgánicas serán objeto de investigación, por lo que esta es una oportunidad de gran valor”, agregó Motoo Ito, investigador de la Agencia Japonesa para Ciencia y Tecnología Marítimo-Terrestres.
Protegidas de la luz del sol y de las radiaciones en el interior de la cápsula, las muestras serán tratadas en Australia y después enviadas en avión a Japón.
La mitad de la materia será compartida entre la JAXA, la NASA y organizaciones internacionales, y el resto será conservado para futuros estudios a medida que avance la tecnología analítica.
Fuente: Télam.