El gobierno de Dilma Rousseff sigue devaluando el real –superó los 3,30 R$/u$s– para mejorar la competitividad de los exportadores. Pero esa movida encarece las importaciones brasileñas. Y los alimentos argentinos que son colocados en ese mercado vecino deben resignar precio para intentar mantener cuota de mercado. O eventualmente afrontar menores órdenes de compra.
El caso más grave es el de las cebollas: en el primer semestre de 2015 las ventas a Brasil fueron de 78.999 toneladas (-29,5% que en el mismo período del año pasado). Se trata de un producto que se exporta casi exclusivamente al mercado brasileño (ver planilla). La zona más comprometida –de donde proviene la mayor parte de la producción argentina de cebolla– son los partidos bonaerenses de Villarino y Patagones.
Otra producción en problemas –generada mayormente por las provincias de Entre Ríos y Corrientes– es el arroz: en enero-junio de este año las colocaciones argentinas en Brasil fueron de apenas 19.163 toneladas (-67%) según datos oficiales del Senasa.
El valor internacional del arroz se derrumbó en un marco de exceso de oferta mundial. En tal escenario los envíos argentinos destinados a Medio Oriente y África dejaron de ser competitivos. Pero ese inconveniente también lo tiene el propio Brasil (que en el primer semestre de este año exportó 370.056 toneladas de arroz, una cifra 27% inferior a la del mismo período de 2014).
Dos de las producciones clave del Alto Valle del Río Negro también registran inconvenientes: en enero-junio pasado se colocaron en Brasil 9459 toneladas de manzanas (-61% que en el mismo lapso del año pasado) y 69.014 toneladas de peras (-18%). En este caso, además del factor cambiario, también influyó el bloqueo comercial temporario aplicado entre marzo y junio de este año por las autoridades brasileñas a las frutas argentinas.
Los exportadores argentinos de manzanas pudieron redireccionar parte de los envíos a EE.UU. y Rusia (a costa de vender el producto casi regalado). Pero las ventas externas de peras –salvo por un pequeño repunte a EE.UU.– descendieron de manera significativa en la mayor parte de los principales mercados y tienen, por lo tanto, una dependencia significativa de la demanda brasileña.
Las ventas de jugo de limón al mercado brasileño se derrumbaron un 61% en el primer semestre del año. Pero las firmas exportadoras del producto pudieron redireccionar ventas hacia otros destinos como EE.UU., China, Australia y Europa, entre otros mercados (hasta el año pasado Brasil era el principal cliente).
Las colocaciones de ajos, pasas de uva y ciruelas secas –productos cuyanos– lograron mantener el volumen de colocaciones en Brasil en el primer tramo del año, mientras que la exportación de uvas frescas creció 35%. En cuanto a los porotos –productos del NOA– este año se recuperaron las ventas luego de que una sequía feroz prácticamente liquidara la cosecha 2014.
Las exportaciones de leche en polvo y quesos crecieron en el primer tramo de 2015 porque el mercado brasileño es el último refugio de las exportadores de lácteos argentinos en un mercado mundial sobreofertado y con precios derrumbándose (el Mercosur ofrece cierta protección al determinar, por ejemplo, un derecho del 28% para las importaciones extra-zona de leche en polvo).
Fuente: sinmordaza.com.ar