Luego de la convocatoria lanzada por el Museo del Puerto para que distintos vecinos participen y aporten interpretaciones de variadas canciones en italiano en vísperas de la celebración de San Silverio, la entrega 997 de IngenieroWhite.Com, emitida por La Brújula 24, contó con la participación del vecino Alberto Molina.
“Es muy especial este llamado y un honor para mí porque mi familia y yo somos de White. La idea original era cantar en el puerto el domingo 29, pero como soy persona de riesgo no pude aceptarlo. Entonces, me animé a hacer un video en casa con mucho gusto. White es mi lugar en el mundo”, señaló agradecido Alberto.
“Yo vivía en Plunkett casi Cárrega. Hasta los 20 años estuve ahí, después me fui a trabajar al sur y en el ’76 nos mudamos por una gran inundación que llegó hasta San Martín. Ahora la tengo a mi hermana en White y siempre voy al puerto. Ahí están mis raíces”, agregó Alberto, hermano del querido Doctor Ricardo Molina, quien tuvo la desgracia de fallecer al contagiarse luego de atender a un tripulante de un barco.
–¿Qué recuerdos particularmente te genera la fecha de San Silverio?
–Mi papá era pescador y ese momento lo esperábamos siempre. Me acuerdo de Nuci que ponía las bombas y se hacía la procesión desde el puente. Yo era chico y no me lo perdía. Después llegábamos al puerto y embarcábamos en las lanchas amarillas. La gente participaba con muchas ganas. Ahora se vive igual, pero en esa época uno recuerda a las familias italianas como Aversano, Florido, De Lucía y sus sentimientos.
“A la esquina de mi barrio le decíamos la esquina del infinito. Festejábamos los carnavales, hacíamos las fogatas y los recuerdos son imborrables. Había mucha solidaridad entre los vecinos y estábamos todo el día en la calle porque no había peligro. El puerto trabajaba con la fruta, el cereal. White era distintos; no era mejor, era distinto. También pasaron cosas no tan lindas como la explosión del tanque en el ’79 y lo del elevador”, repasó Molina, quien fue alumno de la vieja Escuela Nacional de calle Avenente, la 15, el Colegio Sarmiento y miembro del primer curso que estrenó la Escuela Técnica.
–¿Y la etapa del canto cómo empezó?
–En esos tiempos escuchaba música y me gustaba, pero de chico no cantaba. En 2015, a los 59 años, empecé con Sarita en el taller y me encantó. Nunca es tarde. Ahora canto en italiano, estudio el idioma para hacerlo mejor y tratamos que la gente pase un lindo momento.