Antes de referirse a los números proyectados para 2021 incluidos en el proyecto de Presupuesto, Martín Guzmán destinó un apartado especial de su presentación en Diputados a exponer cómo sería la política económica del Gobierno si el país no estuviera atravesando una situación crítica.
Luego de varios días de incertidumbre por el impacto negativo del endurecimiento del cepo en las cotizaciones de todos los activos argentinos (con la suba de la brecha, pero también con un desplome de los bonos emitidos en el canje y el consecuente aumento del riesgo-país), el ministro habló de la importancia de la “consolidación fiscal”, de la necesidad de una estrategia de financiamiento enfocada en el mercado de capitales en pesos en detrimento de la asistencia del Banco Central al Tesoro, y de una necesaria coordinación de la política monetaria y cambiaria que apunte a un dólar estable y contenga “regulaciones macroprudenciales en la cuenta capital” diferentes a las restricciones actuales. “Este es un esquema macroeconómico integral, si se lo quiere llamar programa pues está muy bien con nosotros”, dijo el ministro en alusión a los reiterados pedidos del establishment y la oposición sobre un plan que genere certidumbre del rumbo económico. Además, adelantó que estiman que el desempleo, que se conocerá hoy, aumentará 2,5 puntos porcentuales.
“Si hoy no estuviésemos en la situación en la que estamos, ¿cómo haríamos política macroeconómica? ¿Cuál sería el ideal? Sería distinta que la que hoy podemos ejecutar dadas las restricciones que tenemos”, dijo Guzmán al inicio del bloque con señales específicas al mercado. En ese marco, aseguró que “no es gratis” la persistencia de los constantes déficits fiscales que el país tuvo de forma continuada, salvo entre 2003 y 2009, desde 1970 en adelante. “Accedemos al financiamiento externo y después lo perdemos, nos cuesta financiarnos en nuestra propia moneda y terminamos dependiendo de la emisión monetaria porque no queda otro camino. Son todos caminos imperfectos. Para tener caminos que sean mejores hay que ir construyendo condiciones de estabilidad y sostenibilidad en todos nuestros frentes”, detalló. Como había anticipado, la proyección es que el déficit fiscal de $1,7 billones sea cubierto en un 40% por deuda en pesos y el restante 60% a través de la asistencia del Banco Central al Tesoro. “¿Es el mix óptimo? No, no lo es. Pero es el mix que consideramos factible y asequible”, reflexionó.
Fuente: Ambito