Completando parte del segmento iniciado la semana pasada sobre la historia de las cantinas, el capítulo 886 de IngenieroWhite.Com, emitido por La Brújula 24, contó con la tercera puesta en escena del ciclo “Historias Atinadas” en la voz de Tino Diez.
” Después de la cantina Miguelito, Tulio Angelozzi pasó a ser el símbolo de las cantinas. El apellido está de más; decir Tulio es decir White y las cantinas”, destacó.
“¿Cómo nace la Cantina de Tulio? Todo empezó con las reuniones que se hacían en la vidriera de Di Meglio, donde se comentaban los partidos de Comercial y demás. Un día se acercó un porteño, se hizo habitué de estos encuentros y se puso de novio con Etelvina, la hermana de Tulio. Este porteño, un domingo preparó una cazuela exquisita y eso dejó maquinando a Tulio…”, explicó Tulio.
El relato contó con detalles precisos sobre el nacimiento de la Cantina Tulio, que abrió sus puertas el 7 de abril de 1960. La historia incluyó momentos imperdibles como la cancelación de la boda de Etelvina, la puesta a punto del lugar y los primeros pasos de la cantina.
“El impacto fue impensado y así Ingeniero White tuvo su segunda cantina que, sin lugar a dudas, fue la cantina de White”, subrayó.
–¿Cómo siguió el camino de las cantinas?
–Tulio se separó de los Di Meglio, pero no podía estar sin cantina. Así encontró el local abandonado del Cine Jockey Club y, como el nombre Cantina Tulio ya estaba registrado, Nené Cabezas le dio la idea de poner el cartel con luces de colores y el nombre “Il Vero”.
“Desde Fangio hasta el plantel de Boca, y Nicola Di Bari en la última noche de la cantina. Pasaron todos por ahí”, remarcó.
Por último, Tino destacó dentro del repaso a la Zingarella, con María Marzocca a la cabeza y sus grandes sucesos, junto a la cantinas más modernas, como la Royal y Micho, entre otras.