En la industria comercializadora de fertilizantes prevén que el impuesto extra a los ingresos brutos para los servicios en los puertos bonaerenses tendrá un fuerte impacto en la actividad y podría encarecer estos insumos para el agro.
Con el artículo 100 de la ley impositiva bonaerense, se fijó un tributo extra en los puertos bonaerenses de $46,5 por tonelada cargada, $139 descargada y $23 por tonelada de mercadería removida durante el mes. El gobernador Axel Kicillof pretendía el doble, pero la oposición finalmente impuso un recorte a esos valores.
Para el movimiento de granos, Bahía Blanca y Quequén mueven unos 17 millones de toneladas juntos. En tanto, por San Nicolás ingresa el 55% de los fertilizantes a nivel país (por allí llegaron 1,7 millones de toneladas según el último registro de 2018).
“Esto va a provocar que los puertos compitan entre sí y las empresas descarguen en Santa Fe. Las compañías que mueven fertilizantes son las más afectadas porque trasladan mercadería dentro del país y cada vez que lo hagan van a tener que tributar”, dijo una alta fuente de la industria, que agregó que con la medida “las empresas de la provincia perdieron competitividad”.
“Nos preocupa el impacto que va a tener en la materia prima, en las fábricas sobre los puertos. Hay fábricas del sector petroquímico y ligadas a fertilizantes que usan muelles y ahí el impuesto será más marcado”, agregó.
“Difícilmente las empresas puedan absorber la totalidad de los extra costos, con lo cual podrían tener un incremento (los fertizantes) que aún no se sabe de cuánto podría ser”, señaló otra fuente del sector.
Pese a que el impuesto quedó reducido a la mitad respecto de lo que buscaba Kicillof, en la industria sostienen que los valores igual siguen siendo excesivos. “Los montos son muy altos, cobran un servicio de puertos donde cada caso es diferente e impacta de distinta manera en cada uno de ellos (los puertos)”, señalaron en el sector.
Desde la Cámara de Puertos Privados Comerciales (CPPC) habían explicado a LA NACION que la medida generará “asimetrías negativas” respecto de los puertos de otras jurisdicciones cercanas, como Santa Fe, Entre Ríos, Río Negro e incluso Uruguay. “Desde nuestro punto de vista, no se ha morigerado el impacto con el texto final. Si bien el 50% es mejor que el 100%, no evita que haya una transferencia de carga hacia otras terminales”, dijeron.
En octubre y noviembre pasado, según cuentan en la industria los productores apostaron a realizar un adecuado uso de la tecnología en fertilizantes que permitió que las ventas no se vieran retraídas en comparación por ejemplo a septiembre, cuando fueron afectadas por el contexto electoral, entre otros motivos.
“Hubo una buena apuesta del sector porque la venta de esos dos meses de 2019 no se detuvo. En septiembre fue frío, pero el resto del año estuvo mejor el ánimo del productor”, dijo Jorge Bassi presidente de Fertilizar.
Vale recordar que en 2018 el mercado de fertilizantes alcanzó un récord de 4,3 millones de toneladas. Todavía no está el cierre del mercado de 2019, pero el buen movimiento de la última parte del año habría servido para revertir una retracción que antes se esperaba.
El ejecutivo destacó que sería importante que “el Gobierno respalde con planes de créditos y reglas de juego a largo plazo” al sector porque el productor “fertilizó de manera correcta el maíz y la soja.
Bassi remarcó que “el fertilizante fue fundamental para llegar a la cosecha récord (la producción 2018/2019 alcanzó 141,5 millones de toneladas según el sector privado)” y aclaró que “en este momento” ese insumo “depende mucho de las señales del Gobierno”, además de lo que ocurra con el resto de la campaña 2019/2020 y los precios internacionales, entre otras variables.
Fuente: La Nación.