Cuando faltan cinco semanas para las elecciones, el candidato a presidente Alberto Fernández reforzó su campaña en la ciudad de Buenos Aires con un baño de alfonsinismo y por primera vez habló como si ya hubiera ganado los comicios.
En el restaurante Lalín, un emblema del radicalismo, el candidato del Frente de Todos reivindicó la figura de Raúl Alfonsín y, parafraseando al expresidente, dijo: “Cuando termine nuestro mandato se van a cumplir 40 años desde la recuperación de la democracia. El mejor homenaje que le podemos hacer a Alfonsín es demostrar que con la democracia se come, se cura y se educa”.
Y dijo que él también es “resultado” de la figura del expresidente radical, de quien destacó que “siempre puso a la política en el mejor de los lugares y siempre respondió con política a cada desafío”.
Fernández ocupó el centro de la mesa principal escoltado por el candidato a jefe de gobierno Matías Lammens y el dirigente radical Leandro Santoro, organizador del acto.
En la mesa también estuvieron el diputado Leopoldo Moreau, el legislador Mariano Recalde y el sindicalista de los bancarios Sergio Palazzo.
En la calle, sobre Moreno al 1900, militantes agitaron banderas rojas y blancas con la imagen de Alfonsín.
El expresidente también fue evocado en la consigna del acto: “Ahora Alberto”, en una reformulación de “Ahora Alfonsín”, la frase usada en la campaña presidencial de 1983, cuando el candidato radical se impuso ante el justicialista Ítalo Luder.
El nombre del “padre de la democracia” resonó una y otra vez entre los presentes, entre los que se mezclaron también varios peronistas cercanos a Fernández, como Víctor Santa María, Eduardo Valdés, Juan Manuel Olmos y Julio Vitobello.
“Alfonsín fue un hombre que puso la política en el mejor de los lugares”, dijo el candidato del Frente de Todos, y sostuvo que la “mejor cualidad” que había tenido el expresidente radical había sido hablar sin hipocresía.
Destacó que por esa razón se había “plantado” ante la Sociedad Rural, ante algunos obispos y ante el entonces presidente de Estados Unidos Ronald Reagan.
Tras calificar a Alfonsín como un hombre “inigualable”, Alberto Fernández retomó el hilo de la campaña y, sin nombrarlo, le dedicó un dardo a Mauricio Macri. “Nos querían convencer de que la política no era el camino y que la solución estaba en manos de los no políticos. Pero Alfonsín nos enseñó que la política es el camino”, dijo, y se ganó una ovación de todo el lugar, atestado de dirigentes, sentado en largas mesas con manteles blancos.
Las presencias eran de lo más eclécticas. Antes de empezar el acto, habló por medio de un video el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora.
También estuvieron el gobernador electo de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, y el exgobernador de Misiones Maurice Closs, todos bajo una gran bandera que decía “alfonsinistas con Alberto”.
Fuente: La Nación