Así lo dispuso a través del decreto 661, que además de las firmas del presidente Mauricio Macri lleva las del jefe de Gabinete Marcos Peña; el ministro de Hacienda Hernán Lacunza y su par de Producción y Trabajo Dante Sica.
“Establécese que el pago de los estímulos a la exportación previstos en la Sección X de la Ley N° 22.415 (Código Aduanero) y sus modificaciones estará sujeto a que los exportadores hayan previamente ingresado al país y/o negociado en el mercado de cambios las correspondientes divisas de acuerdo con la normativa vigente”, dice la norma.
En agosto del año pasado, el Gobierno en medio de las dificultades fiscales dispuso una rebaja de reintegros para distintos productos, entre otros del agro.
El complejo sojero no tiene reintegros, pero la carne, por ejemplo, que tenía hasta 4% pasaron a 0,5% para grasa, 0,75% menudencias, 1% cortes enfriados, 1,25% congelados y 0,75% para los cortes con hueso. La harina de trigo estaba en el 3% y cayó a un 0,75. Además, en el caso de los quesos los reintegros cayeron de un 5% a un 2,5 por ciento, en tanto que la leche en polvo quedó con un 0,75 por ciento.
Ante una consulta de LA NACION, una fuente de la exportación de granos señaló que la norma es “una forma de presión a los exportadores para que ingresen divisas”.
Vale recordar que los exportadores tienen que ingresar divisas a los cinco días del cobro del negocio en tanto que son 15 después del permiso de embarque.
“Para nosotros es inocuo”, dijo la fuente sobre el impacto de la medida considerando los bajos niveles de reintegros en gran parte del sector alimenticio.
Los pagos de los reintegros no son inmediatos. En carne bovina se están cobrando los reintegros por las ventas al exterior de julio pasado, por ejemplo.
Desde el sector molinero, una fuente alertó inconvenientes en su actividad porque, dijo, “es imposible pagar retenciones anticipado y cobrar los reintegros, inclusive del IVA, a 90 días con una tasa del 100% anual”.
Fuente: La Nación