Como un bombero que corre de aquí para allá buscando apagar cada foco de incendio nuevo que aparece, el Gobierno intenta atenuar los daños que produjo la fuerte devaluación post-PASO. En algunos casos encontró rápidamente los mecanismos, como la rebaja del IVA a un conjunto de alimentos o el congelamiento del precio de las naftas y de las cuotas de préstamos UVA; en otros casos aún está negociando, como el congelamiento de precios de los medicamentos, y en otros no lo logró.
En este grupo hay que incluir a las cuotas de la medicina privada, que el mes próximo tendrán un aumento del 6%, ya pactado y anunciado en mayo pasado, al que se sumarán dos nuevas subas de 4% cada una en octubre y noviembre. Las empresas ya empezaron a mandar cartas a sus afiliados comunicando la novedad y este viernes se oficializó la resolución en el Boletín Oficial.
El Gobierno había intentado que las prepagas postergaran esos aumentos, pero finalmente no llegaron a un acuerdo. De hecho, las empresas no solo transmitieron a las autoridades que la devaluación las había dejado sin resto para tomar una medida así, sino que incluso hizo que esas subas previstas y acordadas informalmente con el Gobierno resulten insuficientes.
“El 4 más 4% de octubre y noviembre estaba en línea con una paritaria del sector salud que se cerró en 32% anual y con un escenario de un dólar a 45 pesos; ahora el dólar está en 60 y quién te dice que no se intente reabrir la paritaria”, señaló a LA NACION una fuente del sector privado. “Todos se fijan en las prepagas, que atienden a 3 millones de personas, pero las obras sociales sindicales, los sanatorios del interior, que atienden a más gente, van a tener problemas de financiamiento y se les complicará mantener la prestación porque a todo este corrimiento de la economía tenés que agregarle la devaluación”, agregó, y no dudó en vaticinar una ola de procesos preventivos de crisis entre las clínicas.
La Secretaría de Salud está intentando moderar los aumentos que pretende el sector ofreciendo a cambio, a prepagas y prestadores, una reducción del impuesto al cheque y un aumento del mínimo no imponible para las contribuciones patronales, pero en una empresa de medicina privada dijeron que “todas esas medidas solo impactan en 2 o 2,5 puntos” de los costos. Y agregaron: “las obras sociales de personal de dirección ya tenían reducido el impuesto al cheque”. Otros funcionarios, e incluso una vieja conocida del sector, la diputada nacional de Cambiemos y exministra de Salud, Graciela Ocaña, propusieron medidas vinculadas con el IVA.
Para esas fuentes, “el Estado tiene que empezar a financiar las prestaciones de alto costo, como pasa en otras áreas, como la educación. No hay participación estatal en el financiamiento y todo es cada vez más caro en dólares. Este tipo de prestaciones deben representar arriba del 30% de nuestros costos; luego también están los costos de los insumos”.
Las cuotas de las prepagas ya habían tenido aumentos en febrero (5%), mayo (7,5%), julio (5%) y agosto (6%), a los que se sumarán, por ahora, septiembre (6%), octubre (4%) y noviembre (4%).
Fuente: La Nación