De a poco, los ahorristas se van animando a realizar plazos fijos en bancos de los que no son clientes, en busca de mejorar su renta.
Así lo demuestran los datos oficiales de junio, que dan cuenta de 50.624 operaciones realizadas por esta ventana, 33,5% más que las 37.927 concretadas en mayo.
Se trata de un aumento importante, si se tiene en cuenta que los grandes bancos privados se mantienen refractarios a este mecanismo: no pueden desalentar que sus clientes pacten este tipo de colocaciones con otras entidades, pero sí negarse a recibir dinero de no clientes con ese propósito. Pero a la vez es una cifra muy módica si se tiene en cuenta que en el sistema bancario hay constituidos 4,2 millones de plazos fijos privados.
Según la evaluación que difundió ayer el Banco Central (BCRA), estas operaciones tuvieron un monto promedio de $206.627 y el stock subió un 50,4%, al alcanzar los $10.460 millones frente a los $6955 millones en plazos fijos de este origen realizados en mayo.
La opción de transferir fondos entre bancos para constituir plazos fijos aun sin ser cliente de la entidad en que se realice quedó abierta el 2 de mayo.
Es parte de un sistema que el BCRA diseñó para alentar una mayor competencia entre bancos por los depósitos privados y tratar de asegurar, por esa vía, un mejor traslado de la tasa que les paga a los bancos por las letras de liquidez (Leliq) que les vende para retirar fondos del mercado a las que las entidades pagan a los ahorristas.
El objetivo final es evitar que los fondos que se volcaron a fines de 2018 a la constitución de plazos fijos (para aprovechar la suba de tasas tras la puesta en marcha de un plan que calmaba al dólar) pasen a alimentar la dolarización en tiempos de elecciones.
Los más entusiastas impulsores del mecanismo son los bancos públicos (el Nación es el que ofreció las tasas más altas desde el inicio y hoy paga 52%, contra una tasa promedio del 46% en el sistema) y las compañías financieras.
La evaluación oficial es que la opción está cumpliendo con sus objetivos y, además, permitió que muchos usuarios del sistema se familiarizaran con el uso del Debin (débito automático), ya que se apela a este instrumento para hacer las transferencias de los fondos.
En este sentido, indicaron que durante junio los depósitos privados a plazo crecieron en unos $32.000 millones netos en promedio y más de la mitad de esa expansión fue impulsada por las colocaciones inferiores a $1 millón, que son las caracterizadas como “minoristas”. “Esos plazos fijos crecieron en $17.643 millones (3,5%) pese a que la tasa promedio que los bancos pagaron cayó del 50,5 al 46,2% anual, unos 4 puntos”, señalaron.
Pero destacaron que en igual lapso la tasa de las Leliq bajó aún más (del 70,73% al 62,69%),es decir, unos 8 puntos, por lo que se redujo por segundo mes la brecha entre la tasa de política monetaria y la que los bancos pagan a los ahorristas, que era uno de los objetivos buscados.
Fuente: La Nación