Desde el lunes pasado, dos equipos técnicos internacionales revisan cientos de planillas de Excel con datos sobre cómo la Argentina está controlando sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para alcanzar su compromiso de no liberar al ambiente más de 483 megatoneladas de dióxido de carbono (CO2) en la próxima década. Esos datos forman parte del borrador del tercer Inventario Nacional de GEI, que se conocerá recién en la segunda mitad del año.
“Si el inventario de 2030 dice que alcanzamos ese valor, habremos hecho las cosas bien. Si estamos por encima, las habremos hecho mal. Pero vamos camino a cumplir con esa contribución nacional comprometida en 2016”, dijo Carlos Gentile, secretario de Cambio Climático y Desarrollo Sustentable.
Por ahora, está disponible online la segunda actualización del inventario, que cubre el período 1990-2014 y se puede consultar en https://inventariogei.ambiente.gob.ar. Incluye, por sectores, cómo la producción de energía, la industria, el manejo de los residuos y la explotación agropecuaria, con sus usos, contribuyen con las emisiones de los GEI, entre los que prevalece el CO2, que favorecen el calentamiento global y el cambio climático. El país aporta el 0,7% de las emisiones atmosféricas contaminantes mundiales.
Cada dos años
En ese segundo informe, que la Argentina debe actualizar cada dos años, los subsectores con mayor participación en las emisiones eran la ganadería, el transporte, el uso del suelo y los bosques, y la producción de electricidad. Esta actualización se hizo durante 2016 y 2017, luego de que el país ratificó el Acuerdo de París para contener las consecuencias del cambio climático a través de medidas de mitigación y adaptación.
Esos efectos relevados en el país, de acuerdo con el Inventario a 2014, incluyen el retroceso de los glaciares en el sur, el estrés hídrico (escasez de agua en la región norte y oeste por aumento de la temperatura), el incremento de las lluvias y las inundaciones en el noreste y el crecimiento del nivel del mar en el litoral marítimo y la costa del Río de la Plata.
“La Argentina es uno de los pocos países de la región que presentaron el segundo informe del inventario en 2017, pero sabemos por las negociaciones en las COP [por las cumbres contra el cambio climático] que todos los países tendremos que cambiar desde 2023 la forma en que se informan las emisiones de GEI, con más exigencias -continuó Gentile-. La solicitud de una revisión externa internacional aún es voluntaria para los países en desarrollo. Pero la pedimos porque nos queremos adelantar a lo que nos exigirán”.
Uno de los dos equipos técnicos que están analizando los datos del borrador de la tercera actualización del inventario lo integran seis representantes del Secretariado de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. También están trabajando dos expertos de la Red Latinoamericana de Inventarios, a la que se sumó el país en 2016. Cuatro de esos especialistas participan en las actualizaciones de las guías del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).
Según pudo conocer LA NACION, las primeras recomendaciones de los revisores incluyen disponer de una herramienta legal que imponga a los distintos niveles estatales la obligación de proporcionar los datos necesarios para monitorear el estado de las emisiones de GEI en todos los sectores y sus subsectores. Al respecto, Gentile anticipó que desde la Secretaría de Gobierno de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, a cargo de Sergio Bergman, impulsa un proyecto de ley que propone que todas las agencias oficiales nacionales, provinciales y municipales brinden esa información.
Los evaluadores también señalaron la calidad de los datos disponibles para la tercera actualización de emisiones y destacaron la iniciativa del Gabinete Nacional de Cambio Climático ampliado de asignar por ministerio las responsabilidades en las tareas para alcanzar la meta en una década, que, según anticipó el funcionario, podría actualizarse para ser aún más ambiciosa que el último compromiso.
“No solo vamos a monitorear el número final de la contribución nacional de megatoneladas de CO2 para 2030, sino el aporte logrado sector por sector cada vez que se actualiza el inventario”, prometió, ayer, Gentile. Lo hizo en el Día Mundial del Medio Ambiente.
Definiciones
-¿Qué es el efecto invernadero?
Es un proceso natural por el que los gases en la atmósfera “atrapan” la radiación que la Tierra emite al espacio por la incidencia del Sol sobre la superficie. Mantiene la temperatura terrestre tan cálida como para que exista la vida en la Tierra.
-¿De dónde provienen los gases de efecto invernadero (GEI)?
Muchos se producen naturalmente en la atmósfera, pero la actividad humana agrega cantidades enormes, lo que aumenta el efecto invernadero que está contribuyendo al calentamiento global.
-¿Cuáles son?
Los más importantes son el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), los clorofluorocarbonos (CFC), los hidrofluorocarbonos (HFC), los perfluorocarbonos (PFC), el óxido nitroso (N2O) y el hexafluoruro de azufre (SF6), entre otros.
-¿Para que sirve un inventario de GEI?
Es una radiografía de las emisiones de GEI en un territorio durante un período determinado, que suele ser de un año. Permite monitorear las emisiones y tomar decisiones para controlarlas.
Fuente: La Nación