El boom de producción de gas y la mejoría en la extracción de petróleo podría tener un nuevo capítulo en la Argentina. No se trata de Vaca Muerta. Esta vez, el área de exploración se trasladaría al mar, en el límite de la plataforma continental, una vieja promesa que nunca se consolidó del todo, salvo por algunos emprendimientos en Tierra del Fuego.
Hoy a la tarde, la Secretaría de Energía abrirá los sobres con las ofertas para explorar 38 bloques costa afuera, que cubren tres cuencas marinas a 22 kilómetros de la costa. A estas exploraciones se las llama offshore y son de las más costosas de la industria. Dentro de un mes, el 16 de mayo, el Gobierno nominará a los que ganaron y adjudicará cada una de las áreas.
En total hubo 15 empresas interesadas en participar del concurso, las cuales debieron pagar US$50.000 para obtener información de la licitación. La mayoría son petroleras internacionales, aunque también hubo tres empresas argentinas: YPF -que ya exploró offshore en la cuenca Austral-, Tecpetrol -del grupo Techint- y Pan American Energy (PAE), la compañía de la familia Bulgheroni.
Entre las internacionales, hay muchas petroleras que ya operan en el país, como Total -que es la única que mantiene una explotación offshore en el sur, además de la chilena ENAP-, Shell, la alemana Wintershall, Equinor -la empresa estatal de Noruega-, ExxonMobil, Pluspetrol, la china Cnooc y la británica BP. Las dos últimas están en el sector asociadas con PAE.
Pero también habrá nuevas compañías que debutarán en la exploración de petróleo y gas en el país, como la italiana ENI, la japonesa Mitsui -que ingresó a la Argentina con una inversión en energía eólica el año pasado-, la estatal Qatar Petroleum y la británica Tullow Oil.
“Para participar de la licitación, las empresas tienen que ofertar una cantidad de unidades de trabajo superiores a la actividad exploratoria mínima que determinamos”, indicaron en el Gobierno. “Cada unidad tiene un valor de US$5000, que no necesariamente implica que sea ese monto de inversión, porque depende del tipo de actividades, como puede ser adquisición sísmica, toma de muestras de suelo, estudios de gravimetría y magnetometría”.
Además de las unidades de trabajo, las empresas pueden ofertar un bono extra para complementar las inversiones. Para decidir el adjudicatario, el Gobierno tomará el monto total de inversión que sale de las unidades, multiplicadas por US$5000, y el bono en caso de que se presente. Asimismo, tienen que cumplir con todas las condiciones de la licitación.
Las empresas obtendrán una concesión de cuatro años. Luego pueden extender el contrato por cuatro años más, primero, y luego una segunda renovación por cinco años. En el segundo período tienen la obligación de perforar un pozo para saber si se puede comercializar gas o petróleo. Si luego de terminar el lapso están en condiciones de desarrollar el área, pueden obtener el permiso de concesión, que para offshore es por 35 años.
Las tres cuencas que van a ser licitadas son la Austral, la Argentina Norte y Malvinas Oeste. Estas dos últimas tienen una mayor profundidad, que va desde los 200 a los 4000 metros.
“Hubo descubrimientos offshore de petróleo y gas en Sudáfrica y en Namibia, por lo que la teoría indica que podría ser similar en la Argentina”, dice el analista Daniel Gerold, para explicar por qué habría tanto interés de empresas internacionales.
“El offshore está subexplorado y hay expectativas de posibles hallazgos en el talud continental. Es una buena noticia que haya interesados”, dijo el exsecretario de Energía Daniel Montamat.
De igual modo se expresó Julián Rojo, del Instituto General Mosconi: “Seguramente hay potencial. La idea de explorar es en principio encontrar recursos y que ellos se transformen en reservas probadas; es decir, que el recurso se pueda extraer siendo económicamente rentable”.
Otorgan dos permisos de reconocimiento
La Secretaría de Energía otorgó ayer dos permisos de reconocimiento superficial de hidrocarburos en áreas offshore a la empresa noruega TGS AP Investments AS, por un plazo de ocho años, y a la australiana Searcher Seismic, por seis años. Estas empresas harán trabajos exploratorios que luego podrán comercializar con las empresas que obtengan los permisos de exploración. “Es un complemento de las licitaciones de exploración. Los barcos sísmicos recogen data que se usa para determinar los lotes a licitar”, explicaron en la Secretaría de Energía. “Son los permisos para que estas empresas puedan adquirir información sísmica (TGS) y procesar datos existentes (Searcher). Toda esta información es muy valiosa para el país, para tener una mejor idea de la geología y de dónde puede haber hidrocarburos”, indicaron.
Fuente: La Nación