El presidente Mauricio Macri despidió un buque regasificador de Bahía Blanca a fines de octubre. Allí condenó la política energética del kirchnerismo -que abrió la puerta a importaciones de gas inéditas- y enfatizó los logros de su gestión en esa materia. Sin embargo, ese mismo barco -llamado Exemplar- volverá a costas argentinas durante el próximo invierno.
“El buque regasificador regresa en el invierno. Todavía no sabemos quién será el cliente. Pero creemos que habrá una necesidad de gas importado en el invierno y, por eso, el barco será utilizado”, explica Gabriela Aguilar, gerente general de Excelerate, la empresa estadounidense dueña de los buques regasificadores. Hay uno ubicado en Escobar, contratado por Ieasa (la ex Enarsa), que sigue amarrado.
Durante el invierno, el país requiere de gas importado, porque no puede cubrir la demanda. Los excedentes del verano no se pueden almacenar hasta la temporada de frío. El ente regulador (Enargas) está realizando un trabajo sobre abastecimiento y seguridad del sistema de gas. Allí notaron, en observaciones iniciales, que hay una restricción por el lado del transporte de gas en el sistema, lo que haría necesaria la importación. El trabajo estará listo a mediados de mes y es solo técnico, sin recomendaciones sobre si se debe contratar un barco.
El Gobierno prepara una reforma en el mercado eléctrico. Le dará más autonomía a los generadores de electricidad. Es probable que esas compañías necesiten importar gas y recurran al buque regasificador de Excelerate en Bahía Blanca. El de Escobar estará tomado y dedicado a cubrir la demanda residencial.
“Nuestro cliente (Enarsa) decidió que nuestro barco se fuera en octubre y cumplimos con esa decisión. Pero en el próximo invierno puede que ese mismo cliente requiera nuestro servicio. O que sean los generadores eléctricos quienes necesiten gas. Lo que vemos es que el sistema (energético) está reflejando que se va a necesitar gas importado a mediados de año y por eso volverá nuestro buque regasificador”, dice Aguilar.
La compra de gas importado por parte del ex ministro de Planificación -Julio De Vido- y su ex secretario Roberto Baratta es investigada en la justicia. En Excelerate afirman que sobre ellos no hay objeciones legales, ya que no compraban el gas (lo hacía Enarsa). La tarea de su buque era transformar el GNL en gas para inyectar en el sistema.
“Cuando arrancó la operación, el alquiler era de US$ 150.000 diarios. Luego, Enarsa, bajo la gestión de Hugo Balboa, que se fue junto con el ex ministro Juan José Aranguren, definió que iba a pagar menos y acordamos US$ 105.000. Siempre tratamos de entendernos con los clientes, de colaborar para encontrar lo mejor”, explica Aguilar.
Excelerate tiene otro proyecto de un puerto de licuefacción junto con TGS. A su vez, YPF firmó un acuerdo con la belga Exman Energía para alquilar un barco que hará licuefacción del gas proveniente de Vaca Muerta para exportarlo.
“Generalmente las despedidas tienen una connotación de tristeza (…). Este barco es un símbolo que nos lleva a expresar la inacción, la incapacidad, el despilfarro por las decisiones que llevaron a necesitarlo. Este barco tiene que ver con otra cosa que sucedió en nuestro país que fue instalar el engaño, la mentira”, afirmó Macri cuando despidió al barco.
Allí contrastó el “populismo” energético del kirchnerismo (con tarifas que no cubrían ni el 10% de los costos), con su gestión, en la que hubo un aumento en la producción de gas.
Fuente: Clarín