La otitis externa es una afección muy común. Se trata de la infección del conducto auditivo externo. Se produce usualmente por microlesiones que se generan al rascarse o con el uso de hisopos para la higiene de la zona, lo que altera sus barreras naturales.
Para prevenirlas (sobre todo en quienes presentan otitis frecuente) se deben utilizar gotas luego de la exposición al agua. Puede usarse alcohol boricado o alcohol isopropílico.
En ningún caso es conveniente la autohigiene del conducto, ya que el cerumen contiene ácidos grasos que protegen naturalmente a la piel de la infección bacteriana.
Únicamente, cuando el exceso produce disminución de la audición o prurito es recomendable visitar al médico, que puede retirarlo sin lastimar la piel.
Hongos
Con la exposición al sol, a menudo observamos manchitas blancas, ocres o rosadas en espalda, pecho o brazos, que pueden ser ocasionadas por levaduras del género Malassezia, que forman parte de la flora normal de la piel. Cuando el número de manchitas aumenta, lo que es favorecido por el calor y la humedad, aparecen las lesiones. Al exponerse al sol, se hacen más evidentes y resaltan sobre la piel bronceada. El tratamiento, local o por vía oral curará las lesiones. La recidiva es muy frecuente, especialmente en los meses cálidos.
Otras levaduras que forman parte de la flora corporal normal son las del género Cándida, cuyo crecimiento numérico que generará una lesión, se ve favorecido por el aumento de calor y humedad (además de otras situaciones generales como el tratamiento antibiótico o con corticoides). Las zonas que mantienen más calor y humedad son los pliegues, y son allí donde se observan estas candidiasis superficiales: ingles, pliegues abdominales o entre los dedos. Además del tratamiento antifúngico, es muy importante mantener la zona seca.
El ‘pie de atleta’ es una lesión que puede ser producida por diferentes hongos (por Cándida acompañando a otros pliegues o por dermatofitos que afectan las uñas) o por bacterias. El espacio más afectado es el que está entre el 4º y el 5º dedo del pie, es el pliegue más cerrado y mantiene mucho la humedad. La forma de prevenirlo es realizar el tratamiento adecuado y mantener los espacios interdigitales bien secos.
Piojos
Un simple cálculo demuestra que si un chico tiene cinco parásitos hembras en la cabeza (una cifra bastante normal, más bien conservadora), en un mes tendrá 450 ejemplares entre huevos y piojos jóvenes o adultos. De todos ellos, 405 serán hembras, que continuaran reproduciéndose en una escala asombrosa. Hay dos formas de contagio, la más frecuente es la directa, donde el piojo pasa de cabeza a cabeza. Sin embargo, existe contagio de forma indirecta, a través del intercambio de objetos personales de un chico infectado con otro.
Consejos para combatirlos:
- Los pediculicidas no tiene poder residual por lo cual no ofrecen protección contra la reinfección. Lo fundamental es comprender y explicar a cuidadores y padres cómo se aplican estas drogas ya que el éxito del tratamiento depende en gran parte de ello. Los piojos tardan siete días en desarrollarse, desde que son depositados los huevos hasta que aparece el parásito adulto. Por ello, debe repetirse un nuevo ciclo de tratamiento con una semana de intervalo.
- Es conveniente revisar a todos los miembros de la familia y tratar únicamente a aquellos que tengan liendres o piojos adultos.
- Se debe mantener el cabello peinado hacia atrás y firmemente recogido, pero no es necesario cortarlo.
- Los peines, cepillos, vinchas, hebillas y otros accesorios para el pelo deben ser individuales y hay que desinfectarlos sumergiéndolos en agua caliente (> 55 ºC).
- Prendas de vestir, sombreros, toallas, almohadas, juguetes de peluche deben lavarse separadamente y exponerse al calor del secado por al menos 20 a 30 minutos. También se les puede colocar previamente spray de permetrina.
Fuente: Ambito