Los atentados del 11 de septiembre de 2001 redujeron a escombros el World Trade Center, el único punto de la ciudad de Nueva York desde el que se podía disfrutar de una vista panorámica inigualable de la isla. Hoy, 14 años después, esa postal vuelve a ser posible con el nuevo mirador, el “One World Observatory”, ubicado a 380 metros de altura.
Según los ideólogos del proyecto, los visitantes podrán contemplar la ciudad a una distancia de 80 kilómetros. “Esperamos tener unas 10.000 visitas en los días buenos”, confió el presidente de la empresa gestora, David Checketts.
De acuerdo con las primeras proyecciones, se calcula que cada visitante permanecerá de media a una hora, comerá o comprará algo. “Para cada cual será una experiencia especial”, añade.
El precio para acceder al mirador será de 32 dólares para adultos y 26 dólares para niños.
LOS IMPERDIBLES DEL RECORRIDO
1. Cuando la persona pase su ticket por el lector óptico, recibirá un saludo en su idioma, su país se iluminará en un gigantesco globo terráqueo y aparecerá una conexión entre su lugar de origen y Nueva York.
2. En “Voices”, otro de los espacios destacados de la propuesta, ingenieros, arquitectos y empleados narran mediante videos cómo fue la construcción del nuevo World Trade Center. “Yo hago lo mismo que hizo mi padre en el primero: las vigas de acero”, cuenta en uno de ellos Thomas Mehalick.
3. El ascensor, el más rápido de Occidente. Eleva a los visitantes a casi 400 metros a toda velocidad. Ascienda casi 23 kilómetros por hora en 47 segundos.
4. “Símil cristal”. Aunque no está construido con ese material, sus pantallas brindan esa sensación. Apenas sube, el turista comienza contemplando una pradera, pero a medida que va ascendiendo surgen colinas, casas y, finalmente, rascacielos, hasta convertirse en testigo de los 500 años de historia de Manhattan.
5. La sorpresa, en el piso 102. Al llegar a esa planta, al principio, parece que sólo resta por ver una típica película norteamericana. De pronto y sin previo aviso, la pantalla se abre y aparece una de esas vistas que quitan el aliento. Todo Manhattan, toda Nueva York, está de pronto a los pies del visitante, con sus islas, sus puentes y sus ríos, Nueva Jersey y, por supuesto, la Estatua de la Libertad..