El Reporte sobre Trabajo Registrado reveló que en agosto había 12,2 millones de empleados declarados. Son 41.300 más que un año atrás, un 0,3%. Frente a junio se perdieron 59.800 empleos, un 0,5%. Si no se cuentan las “bajas” por el reempadronamiento de 47.900 monotributistas sociales rurales, en un mes se perdieron 11.900 puestos. En el sector privado hay 8,7 millones de trabajadores registrados, unos12.000 más que en 2017. De ese total, 6,2 millones son empleados de empresas.
Hasta aquí los datos reflejan un virtual estancamiento en el mercado de trabajo. Pero laEncuesta de Indicadores Laborales (EIL) revela una situación más preocupante. La creación de empleo en agosto registró una caída del 0,5% interanual: la Tasa de Entrada fue del 1,6% y la Tasa de Salida del 2%.
Los expertos estadísticos coinciden que una Tasa de Entrada por arriba del 2% refleja una economía argentina en “leve” crecimiento, pujante. En cambio, si esa Tasa cae regularmente por debajo del 2% representa un período de “crisis”. Y eso es que está sucediendo.
Los números anexos de la EIL a los que accedió ámbito.com revelan que en los últimos cinco meses, desde abril a agosto, se registraron valores inferiores al 2% de manera sostenida para el total de aglomerados. Preocupante, este fenómeno no es nuevo: ya ocurrió de septiembre de 2001 a noviembre 2002 (15 meses) y con la crisis financiera internacional de 2009 (de mayo a junio).
En este contexto, lo más grave no son las desvinculaciones (Tasa de Salida), sino la falta de creación de empleo. Los indicadores de la EIL no dejan lugar a dudas:
· Desde marzo crece la cantidad de empresas “sin movimientos” de personal. En agosto llegó al 60,9% la cantidad de firmas que no declararon altas ni bajas.
· Las expectativas de aumentar la dotación de personal reveladas en agosto fue la más baja desde 2014.
· Desde marzo aumenta la proporción de empresas que “no buscan” personal. En agosto el 75,4% de las compañías lo confesaron.
En agosto las contrataciones en empresas de entre 10 y 49 empleados cayeron 1,2% interanual. Las medianas y grandes prácticamente no tuvieron variaciones: 0,4% y 0,1%, respectivamente. Los sectores más golpeados fueron Construcción, Industria, Transporte y Comercio. El rubro Servicios financieros fue el que más creó empleo, con 1,1%.
El cuadro de dificultad se completa al vincular la evolución de la Tasa de Entrada con el nivel de desempleo que mide el INDEC. Los analistas aseguran que la relación es “condicional”: si suben los ingresos desciende el desempleo. Hoy, se vive en la inversa.
Los datos del tercer trimestre preanuncian una profundización de la recesión económica y un aumento más pronunciado de desempleo para la segunda mitad del año. La serie histórica de la EIL recolectada en grandes aglomerados urbanos y en empresas formales con más de 5 trabajadores revela sin filtros la cruda realidad social. Para el tercer trimestre de 2018 se proyecta que el desempleo regrese a niveles de dos dígitos, situación que no se registra desde 2006.
Fuente: Ambito