El ajuste de precios por la inflación, sumado a la poca oferta financiada y a la inestabilidad del dólar prefiguran un panorama complejo para el movimiento de turistas locales. El sector no está ajeno al cimbronazo de la economía tras la fuerte devaluación de agosto y pese a ser una oportunidad para el arribo de extranjeros, la demanda de viajes al exterior ya muestra una fuerte contracción con caídas de hasta 35% en las ventas. ¿Cuál es la perspectiva para el 2019?
Viajar es un placer, pero en estos tiempos se trata más que nunca de una aventura. Sobre todo en la búsqueda de precios. La devaluación puso sobre la mesa más interrogantes que certezas al momento de planificar las vacaciones, debido a la incertidumbre que hay sobre el traslado a precios del valor del dólar: en un año, la divisa dio un salto del 106% entre enero y septiembre de 2018 al saltar de $18,76 a $38,74. Esto se traduce directamente en una caída del salario real medido en dólares, que sumado al aumento de la inflación (según Hacienda, 2018 podría culminar en 42%) hace un cóctel difícil de manejar. El placer queda cada vez más relegado.
Un golpe con doble efecto
Si bien la caída del peso respecto al dólar encendió alarmas en casi todos los sectores de la economía, el turismo es un caso particular en el cual se vislumbran efectos positivos y negativos. Por un lado, representantes del sector señalan que habrá un fuerte impulso en el ámbito local a raíz del arribo de turistas extranjeros por la ventaja cambiaria, lo cual comenzó a vislumbrarse en julio con una suba interanual del 6,9%, según cifras del INDEC. Por otro lado, con respecto a la planificación vacacional de los argentinos, el ajuste en los gastos presupuestados ya comenzó a sentirse.
Aldo Elías, presidente de la Cámara Argentina de Turismo (CAT) y representante de la Asociación de Hoteles de la República Argentina (AHT), en diálogo con ámbito.com se refirió a estos aspectos. “Para el turismo, las devaluaciones mejoran la competitividad si lo miramos comparativamente con los países de la región”, señaló. Esto es debido a que “permite invertir la situación que teníamos hasta ahora”.
En ese sentido, sostuvo que anteriormente “por el atraso del dólar, los argentinos salían al exterior fundamentalmente a hacer compras o a viajar por menos plata de lo que les costaba hacerlo por el país”. Ese aspecto consideró que “está frenado”, principalmente debido a la recesión que atraviesa la economía. Hoy el argentino “no tiene margen” para hacer ese tipo de viajes, consignó.
Fabricio Di Giambattista, titular de la Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo (FAEVyT) y presidente de la Feria Internacional de Turismo de América Latina (FIT), coincidió en ese aspecto y profundizó: “Estamos hablando de una caída en ventas del 15% en mayo, del 35% en junio, con otra baja en julio pero menor producto de la leve estabilidad cambiaria y con otro golpe en agosto nuevamente por la fluctuación”, dijo.
A propósito de esto, Gastón Tudesco, Gerente Comercial de TTS Viajes, comentó que la baja en la demanda de viajes al exterior es considerable en comparación con 2017. “Las ventas internacionales cayeron 20% con respecto al año anterior y en los últimos meses se vio un ajuste en los destinos debido al presupuesto”, dijo. Esto se tradujo en “un incremento en vuelos nacionales como en regionales”, puntualizó.
Recalculando
Previo a la megadevaluación, Estados Unidos, México, República Dominicana y Brasil tenían un lugar destacado respecto a otros destinos, según Tudesco. Actualmente, la preferencia es otra. “Brasil tomó un peso más relevante y también se sumaron destinos de cabotaje para el verano como Mendoza, Calafate, Cafayate, Córdoba, cuando los mismos eran más consumidos en vacaciones de invierno o fines de semana largo”, señaló.
Además de cambios en los destinos, la calidad del hospedaje o la duración del viaje también sufrieron el impacto cambiario. “En muchos casos los pasajeros prefieren modificar hábitos y preferencias antes que no viajar. Los cambios en la categoría de hoteles o en los planes de comidas, nos permite achicar los valores. Por otro lado, el tiempo elegido para vacacionar en verano hoy es entre 7 y 10 días”, explicó.
Otro aspecto importante que golpea al sector es la dificultad para financiar las vacaciones. En ese sentido, Di Giambattista señaló que hay una caída en la oferta de viajes en cuotas. “Hoy encontrás muy pocas posibilidades de financiación, ya que las tasas que ofrecen los bancos son bastante altas”, dijo y añadió: “La posibilidad de financiar un gasto grande como este es importante, sobre todo para la clase media. Se trata de un apalancamiento para la industria, no solo en el caso de viajes al exterior sino también a nivel local”.
La recesión económica, la inflación y la devaluación, sumado a la poca oferta de financiación, se traduce en menos gasto y más control. En ese sentido, Elías sostuvo que “los argentinos que elijan veranear en el país van a estar inmersos en la realidad económica propia de la coyuntura actual y con la recesión de este momento no están para grandes descuidos”, dijo y remarcó: “Acá se produjo una devaluación muy alta que va a tener un incremento de precios. De esa actualización producto de la inflación no podemos salvarnos. El tema es que no se cobre un hotel, una comida o un espectáculo a precio dólar”.
Para Di Giambattista, la situación actual hará que la revisión de gastos sea primordial a la hora de elegir destinos. “Hay gente que tendrá que evaluar bien sus próximas vacaciones respecto a si les conviene viajar por la Argentina o ir al exterior. La decisión del viaje siempre tiene dos partes: una es la motivacional, vinculada a las ganas de ir a tal o cual destino, y la otra es el limitante que es la plata, que te puede hacer pasar de un plan A, a un B o un C”.
Expectativas
La caída del salario respecto a la inflación es un punto importante en ese sentido y el sector del turismo tiene un margen estrecho para corregir precios sin autoflagelarse. “Tendremos que ver lo que pasa con los valores de pasar las vacaciones en el país, porque el dólar cerca de $40 es una referencia”, puntualizó Elías.
En cuanto a las expectativas de evolución en el sector, Elías vislumbró un escenario positivo. “El turismo local e internacional va a encontrar un marco muy propicio para desarrollar un buen 2019 en Argentina”, aseguró, haciendo foco en el impulso que generará la llegada de turistas extranjeros.
En tanto que el ejecutivo de TTS Viajes puso el foco en que siendo 2019 un año electoral, estarán “más expectantes del rumbo propuesto por los candidatos en materia económica”. Más allá de eso, destacó que 2018 respecto a 2017 mostró un crecimiento general en la empresa “y las proyecciones marcan que seguirá así”.
En cambio, Di Giambattista fue más cauteloso e indicó que primero hay que analizar el cierre de este año, ya que todavía hay oferta retrasada por la falta de demanda. “Antes se vendía con mucha anticipación y vos encontrabas en septiembre oferta para todo el verano. Hoy hay pero es muy pequeña, porque todavía no se vendió todo lo referido a octubre, noviembre y diciembre”, sostuvo.
La complicada realidad económica genera incertidumbre con respecto al futuro cercano del sector. Lo cierto es que se trata de un terreno complejo, que muestra puntos auspiciosos y al mismo tiempo una coyuntura de austeridad, que no permite anticiparse más que lo necesario. En ese sentido, Di Giambattista optó por no apresurarse sobre lo que viene: “habrá que ver cómo continúa”.
Fuente: Ambito.