La dura huelga de los trabajadores aceiteros, que lleva 17 días, empezó a dar dolores de cabeza más allá de las empresas del complejo oleaginoso. Ayer, la Bolsa de Comercio de Rosario alertó sobre las “gravísimas consecuencias” del paro por tiempo indeterminado, cuyas coletazos ya alcanzan al abastecimiento de aceites en los supermercados y en las operaciones comerciales del comercio exterior.
La entidad bursátil denunció que el conflicto por aumento paritario “está fuera de control”. “Ha derivado en la imposibilidad de concretar entregas de granos de productores en plena época de cosecha”, sostuvo, y agregó que genera “enormes problemas logísticos” que encarecen los costos operacionales y permite un virtual “corte de la cadena de pagos”.
“Los efectos se advierten no sólo en los propios eslabones de la cadena de comercialización, sino que también impactan en los más diversos proveedores de bienes y servicios; en las cuantiosas pérdidas económicas por incumplimientos de compromisos de embarques; en la paralización de exportaciones de granos y derivados, con inmediatos efectos en la menor entrada de divisas al país y en caída de los ingresos fiscales”, expresó la institución.
El crudo panorama se explica por las 40 plantas del sector que siguen paralizadas, como las empresas Aceitera General Deheza, Nidera, Molinos-Cañuela, entre otras. Además, hay 30 barcos que no pueden descargar sus mercancías a raíz de la huelga.
Como se indicó, el impacto de la medida llegó hasta las góndolas. Según publicó el diario El Cronista Comercial, cadenas como Carrefour, Coto y Walmart reconocieron que empezaron a aplicar procedimientos de emergencia debido a la falta de entrega de los aceites por parte de los molinos productores. El desabastecimiento podría empeorar en caso de que el conflicto se extienda y ya se habría presentado una alerta temprana a la Secretaría de Comercio Interior, de Augusto Costa. Desde la parte sindical negaron que haya inconvenientes. “De ninguna manera habrá desabestecimiento”, aseguró ayer el secretario general de la Federación de Trabajadores Aceiteros, Daniel Yofra.
Para las cerealeras, el paro significa un gasto diario cercano a los u$s20.000 por barco que no puede descargar, lo que totaliza casi u$s10.000.000 desde que arrancó la medida, informó hoy el diario La Nación. Las consecuencias se endurecen aún más a raíz otro motivo que no tiene que ver con la disputa salarial: a la altura de San Pedro quedó varado un barco en el río, hecho que genera complicaciones al movimiento de otros 40 buques De esta manera, podría caer el ingreso de divisas proveniente de la agroexportación, que acumuló u$s6964,4 millones en el año.
El conflicto tendrá otro capítulo con la reunión que se desarrolle hoy en el Ministerio de Trabajo, de la que participará la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmontadores de Algodón y Afines de la República Argentina (Ftciodyara) y las compañías cerealeras en la Cámara Argentina de la Industria Aceitera (Ciara). El sindicato que conduce Daniel Yofra busca una recomposición salarial del 42 por ciento, una cifra muy lejana a la contraoferta empresaria del 24 por ciento.
La pelea no parece que se resuelva rápidamente. Los aceiteros rechazan la pauta salarial del 27% que acordaron los gremios más grandes de la actividad económica, como la UOM, Uocra, Comercio y Encargados de Edificios. Es que el complejo oleaginoso registra ganancias extraordinarias y eso Daniel Yofra lo sabe. Por lo pronto, no cayó bien la propuesta que le hizo ayer el Gobierno a las compañías de “redistribuir ganancias” entre los trabajadores como forma de encauzar una salida.